Canarias
nunca estuvo en el mapa de España
y
menos en las decisiones de ésta
Isidro
Santana León
La
han intentado poner en sus aledaños, primero junto a las Baleares y más tarde
junto al Cabo de San Vicente pero, como ve, señor presidente, ni geográfica,
ni política, ni social, ni culturalmente se pueden unir porque los intereses y
el progreso de nuestra nación se contraponen y van por otros derroteros que los
de la metrópoli [1]
[2]
En
lo que a mí se refiere, como nativo de este archipiélago, independentista por
conciencia y por decoro, estoy harto de que haga usted tanto pronóstico y diagnóstico
de lo que puede suceder con el pueblo canario, por culpa de la política
colonialista de todos los gobiernos que pasan por la metrópoli atropellando y
despreciando a nuestra patria, y totalmente desesperanzado por su ineptitud y
cobardía para levantarse ante semejante agresión y ponerle de una vez solución
a la misma. Ya está bien, hombre, y no le digo que mire para Cataluña, ya que
para donde debe mirar es para Canarias, pero, hágalo, al menos como comparación,
y se dará cuenta de que a nosotros sí que no nos queda otra salida que la
independencia: nos vaya bien o mal la economía, se haga España republicana o
no, porque lo que está en juego es nuestro futuro y nuestra existencia como
pueblo.
La
mal llamada crisis, o esta mamanza compulsiva del capitalismo, es coyuntural, al
contrario que la situación colonial de nuestra nación que es estructuralmente
secular. Si usted no quiere o no le gusta que le llame esbirro –a mí me
gustaría que el presidente de mi nación fuera un hombre brioso– pues no se
comporte como tal y menos aparente ser lo que no es. Ya son muchos los amagos de
luchas contra la metrópoli, pero ninguna con empeño y decisión: en casi todas
las mañas emprendidas se deja caer por miedo al rival o éste le consuela con
cuatro perras, mientras nos saquean colosales cantidades de capital de lo que
produce y genera Canarias.
¡Mire,
le juro que no tengo nada contra su persona, pero cualquier día que lo atrinque
en una rueda de prensa le lanzaré una alpargata!, de esas que ya empezamos,
irremediablemente, a usar la mayoría de este pueblo inmerso en la mendicidad
hasta moral. ¡No pague, coño!, opóngase a esta usura y abuso medievalista,
impida usted que la metrópoli nos robe impunemente… ¿no dice que ha sido
elegido para defender los intereses de Canarias y de los canarios? Pues no se
ve, señor presidente, con tanto ladrido inocuo, sin quererlo, voy a escribir un
libro sobre su pésima y cobarde gestión perruna al frente de la colonia. A ver
si aparece en los medios por algún acto heroico, rebelde, y no por tanto
lamento y resignación. Ya casi parezco su asesor político, pues el que tiene a
su vera debe tener los huevos blancos de tanto esconderse ante los atropellos
españolistas, que podemos comprobar son bastante candentes. Cobrar si que
cobran todos, me imagino, y de quitarse prebendas, comodidades y emolumentos,
nadita. ¡Qué más da lo que diga el Consejo Económico y Social respecto a la
situación de los canarios! Si lo que persiguen con ello es conmover y
sensibilizar a la depredadora metrópoli, va mal encaminado, tal conclusión es
considerada un mero estudio estadístico más, de un órgano colonial que,
efectivamente, no soluciona el problema de hambre, marginación y ya de
pauperismo, en que se sume la gente de nuestro archipiélago. Precisamos de
acciones contundentes, porque los estómagos de los niños, las enfermedades de
los viejos, la precariedad educacional, la marginalidad, la conflictividad
social, la sensación de incertidumbre y el sufrimiento en general, no se
resuelven sólo a través de un detallado estudio sociológico, sino de agallas
y convencimiento para revertir esta putrefacta situación colonial que no pasa
por otra vía que no sea la de la independencia y el logro de la soberanía
nacional de Canarias. Se acabaron las radiografías y los diagnósticos, opere
de una jodida vez que, para más premura se lo está pidiendo clamorosamente el
enfermo.
No
se excuse ni se escude conque solo no puede hacer nada porque el pueblo no tiene
conciencia nacional, conociendo que ésta la ha desvirtuado, aletargado,
desvalorizado y difuminado su gobierno, durante los treinta años que lleva en
el puente de mando, suplantándola con el folclorismo más ramplón y otras
producciones y exhibiciones vergonzantes, sólo aptas para necios y demás
seseras macilentas. Sí, para eso, su gobierno y cooperadores del mismo, han
utilizado las televisiones, radios, prensas y demás aparatos dispuestos para la
aniquilación intelectual –para el semejante etnocidio conquistado y hasta
consumado–, y no para impartir cultura ni conciencia nacional a nuestro
pueblo, sino, además, para fines publicitarios de los partidos y para enchufar
a sus amigotes. Le advierto que para lo que sirve el Canal llamado Canario, que
queda operativo –igual que todos los grandes medios de inoculación, útiles
para más castración mental, ignorantación y atoletamiento del vulgo– ciérrelo,
por ser también una dilapidación del erario, una estafa y un artificio
anticultural y envilecedor.
¡Qué
sabe usted si está solo, presidente!, ¡inténtelo!: cuando la manifestación
contra las prospecciones se demostró que el pueblo está más dispuesto a la
lucha que el gobierno y, en consecuencia, enseguida rizan la vela porque temen a
navegar con mucho viento. No Obstante, como pasos previos a la independencia y
como contestación al abuso colonialista español, tiene en sus manos las armas
más contundentes de una colonia, pero que tiene miedo de usar. Le he demostrado
que los asuntos de colonialismo no se solucionan mediante diálogos con la metrópoli
(ya ve con el desprecio que tratan a nuestra nación los tribunales españoles y
europeos), sino que hay que ponerlos en conocimiento y arbitrio de las Naciones
unidas, no mediante carta, como ya lo intentaron para simular rebeldía, sino
haciendo presencia en su sede y dejándose notar ante el mundo, con mucho ruido
y mucho viento, como representantes de Canarias para su problema colonial.
Empiece usted el litigio exigiéndole a España las competencias de puertos y
aeropuertos y una entidad fiscal propia, para que todos los dineros que se
generan en esos sectores se queden en nuestra patria. Que paguen en nuestro
fisco todas las empresas transnacionales que aquí operan; que reduzcan
instalaciones militares, Delegación y Subdelegación del Gobierno,
desmantelamiento de la Capitanía General y del Gobierno Militar…, no pagar
impuestos de RENFE ni almojarifazgo para engordar Coronas y parásitos; que
paguen al fisco todo barco que faene dentro de nuestro mar –competencia que
dijo usted adquirir Canarias con el gobierno del PSOE-.
No
queremos subvenciones para la desalación del agua, queremos que todo el dinero
que se genera en Canarias se quede en ella. No queremos nada de España, nos la
podemos componer solos o, mejor dicho, sin ser colonia de nadie. Casualmente,
las únicas competencias que transfiere la metrópoli a la colonia son las
deficitarias: Justicia, Sanidad, Educación –deficitarias en el sentido de que
no generan plusvalías– pero se niega a cedernos las generadoras de capital
–puertos y aeropuertos– con las que podemos cubrir perfectamente las de índole
social, cultural y sanitaria. Las cuentas salen, y con un grandioso porcentaje a
favor de Canarias. Lo que ocurre es que hay que pelearlas con contundencia y no
con lamentaciones, ya que nuestras posibilidades son reales, objetivas.
Relacionado con el recibo del agua que quieren incrementar sustancialmente, en
los años de lluvias abundantes se han desviados esos caudales para el abasto en
general, existiendo un ingente ahorro en la desalación y ése no se ha
traducido en la rebaja del precio del agua a los usuarios. Al ser una necesidad
imperiosa, vital para las islas, ¿por qué no se pone en funcionamiento el
proyecto que le escuché a Paquita Luengo y que persigue la autosuficiencia
energética de Canarias? ¿Es que Belicoso Soria se opone frontalmente a esta
infraestructura y ahora quiere quedar bien en el asunto de la subvención a la
desalación, instando al ministro Arias Cañete para que suelte alguna limosna
para el conflicto? Lo que le repruebo a Paulino Rivero es que se fuera a sacar
la foto, primero junto al Borbón y después junto al resto de las comunidades
del Reino, manipulación a la que se ha prestado para que los mercados vean que
todo en España va bien… ¡hipócrita!, si el asunto es como es, no tenía que
haber asistido a la metrópoli a comprar humo y de paso a lavarle la cara al
fascismo español.
España
nos hunde, los canarios no tenemos por qué pagar los desmanes de sus políticos
y de sus banqueros. No le debemos nada a nadie, de Canarias se han llevado
ilegalmente lo indecible, ante la indiferencia e indolencia de nuestros
gobernantes y a espaldas del pueblo. Queremos vivir en paz, repartir las
riquezas entre nuestro pueblo y hacer una nación próspera y digna. No queremos
enemistad con ningún pueblo del mundo, ni con el español, y tan sólo exigimos
nuestro legítimo derecho a la independencia, con Paulino o sin Paulino, le
guste a España o no le guste. Canarias no se la ganó España en un billete de
lotería de navidad, la ha invadido por la fuerza y así ha continuado hasta la
actualidad. La deuda histórica la tiene con nosotros, con los canarios, motivo
por el que nos oponemos a pagar la usura ocasionada por los dislates de España
y por lo que, antes que nada, exigimos la independencia como única solución al
colonialismo español que nos subyuga.
10/10/12
[1] Canarias no cabe en el mapa de España
Otros
artículos de Isidro Santana León publicados en El Guanche y en El Canario