BAJO EL COLONIALISMO, CANARIAS ESTÁ EN CRISIS PERMANENTE

 

Jaime Morera

 

Después del ‘Acuerdo Tripartito de Madrid’, del 14 de noviembre de 1975, entre España, Marruecos y Mauritania, tras la intimidadora ‘Marcha Verde’ de la expansión marroquí, España cedió vergonzosamente su provincia nº 53 del Sahara Occidental; dos partes a Marruecos y la tercera del sur a Mauritania, traicionando a toda una Nación y Pueblo saharaui que, para su infortunio, estaba bajo su dominio y tutela. Desde ese mismo momento, el indecoroso abandono y huida de tal territorio africano, pasó a ser para los españoles el nuevo trauma del siglo XX, en la misma o peor medida que fue la descolonización, (pérdida desde la visón española) de Cuba y Filipinas, a finales del anterior siglo XIX.

 

Pero lo más transcendental y siniestro del caso con nefastas consecuencias para Canarias, que además de haberse quedado sin el banco pesquero canario-sahariano y su zona marítima, quedaría cercada por mar y aire por el insaciable expansionismo marroquí. Con esto, el viejo Imperio Español regresó a su nacimiento y fase inicial por el matrimonio de la reina Isabel de Castilla y el rey Fernando de Aragón, convirtiéndose nuestro Archipiélago en la pieza fundamental o piedra angular de la mera existencia del mismo Estado español. La independencia de Canarias inexorablemente produciría en dicha unión de reinos el desintegrador ‘efecto Yugoslavia’. Perdería sus actuales posesiones del Norte de África: Ceuta, Melilla, Islas Chafarinas, etc., y lo que es peor, causaría la independencia de Gibraltar y cesaría su dominio y control sobre Cataluña y Euskadi, efecto dominó que sería políticamente imparable. 

 

Para que el contranatura y anacrónico colonialismo español pueda seguir sine die en Canarias, necesita mantenerla en todo momento miserablemente pobre, sin medios de producción propios que la hagan autosuficiente y con economía solvente, así como una población constantemente cambiante y, como consecuencia, a base de mezquinamente privarla de oportunidades de empleo, asfixiarla económicamente, y de esta manera empujarla a la emigración constante como con impunidad lo está realizando. Tanto es así que hasta ‘nuestros propios representantes políticos’, títeres comprados por el colonialismo, con toda desfachatez y descaro urgen y fomentan la emigración entre nuestras gentes, como lo vienen repitiendo el actual Presidente del Cabildo de Tenerife y el Jefe del Gobierno colonial en Canarias, etc.

 

Una Canarias desarrollada y próspera, por simple lógica de su posición geográfica, económica y política, inevitablemente se emanciparía de la chantajista y tiránica hegemonía de España, librándose de sus ponzoñosas garras para siempre.

 

La actual crisis económica internacional, como tantas otras pasadas, le está viniendo como anillo al dedo del colonialismo para poder intensificar aún más nuestro sometimiento y destrucción.

 

Dejémonos de expectativas ilusamente cretinas con nuestra economía y no nos llamemos a engaño. ¡Bajo la pata del colonialismo, en nuestras islas siempre habrá crisis!