Nuestro campo agoniza

 

Bentor Trujillo Flores

 

Los alimentos procedentes de España abarrotan las estanterías de los supermercados y grandes superficies de las islas, mientras nuestro campo agoniza y decenas de miles de canarios, que podían encontrar en la agricultura y ganadería un trabajo digno, engordan las listas del paro.


Canarias es una tierra fértil con un clima privilegiado para la producción agrícola y ganadera y hoy en día, en condiciones totalmente desfavorables (por la pérdida de suelo, por la competencia desleal de las importaciones subvencionadas, por la falta de control de plagas en nuestras fronteras y por la usurpación del mercado interno, trabas legales e institucionales a la producción...), se producen todo tipo de productos agrícolas y ganaderos: frutas, aceitunas, papas, huevos, leche, carne, verduras, cereales, flores, vino y un largo etcétera con unas calidades excepcionales, que nos demuestran la viabilidad de producir para cubrir las necesidades de consumo de nuestro pueblo y el de los turistas que nos visitan.

 

Pero para que eso sea posible, hay que poner freno a las subvenciones a los productos foráneos; imponer una cuota de consumo de productos locales a los negocios turísticos, alimentarios y hosteleros de las islas; implementar políticas para la dignificación del trabajo en el campo; hacer que la seguridad y soberanías alimentarias pasen a ser puntos importantes de la agenda política en nuestro país, y eso no ocurrirá en la situación política actual.