Campesinos y rabo de gato
«.» Wladimiro Rodríguez Brito *
[Gran parte de la expansión de dicha gramínea está ocupando tierras labradas hace unos años, tierras en las que se cultivaban boniatos, centeno, viña, higueras, tuneras, cereales y legumbres.... Frutales, boniatos, ganaderos, alimentos sanos de la tierra. Cultura agraria, dignificar lo pequeño, lo local, lo nuestro, el ayer hilvanado con el mañana...]
Hace unos días hice una lectura sobre el terreno en el sur de la isla de La Palma, leyendo el paisaje agrario que habría pisado hace cuarenta años. Los cambios son significativos. Gran parte de las tierras cultivadas en los ochenta están balutas, la viña ha perdido más del 50 % de los cultivos, la platanera ha ganado puntos tanto en Breña Baja-Mazo como en Fuencaliente y Los Llanos. Pero lo más destacable es la expansión del rabo de gato ("Pennisetum setaceum"), alcanzando desde la costa hasta tierras para siembra en las medianías, tanto en la zona de la isla que toca el Alisio, Montaña Las Toscas, como al oeste, en el Pico del Bejenao.
Gran parte de la expansión de dicha gramínea está ocupando tierras labradas hace unos años, tierras en las que se cultivaban boniatos, centeno, viña, higueras, tuneras, cereales y legumbres.
La pérdida de las tierras labradas, el abandono del pastoreo y la actividad ganadera, son factores influyentes en esta plaga. Valga como referencia la pérdida de más del 40 % de la superficie cultivada de vid entre los años 2000 y 2016 en la zona de Fuencaliente y Mazo, dejando un espacio ideal para el arraigo del rabo de gato, principal especie colonizadora en terrenos que han dejado de cultivarse.
La política de lucha contra el "Pennisetum setaceum" vía administración -como en el caso del Cabildo de La Palma- ha terminado en fracaso, ya que se ha basado en aspectos coyunturales en el plano político-administrativo.
La lucha contra el rabo de gato ha de contar con agricultores y ganaderos, con actividad sobre el territorio, en la que los recursos públicos colaboren con actividad económica sobre el territorio.
La viña, los boniatos y el pastoreo no pueden ser actividades marginales en la zona, como de hecho ocurre con los cultivos de antaño, hoy casi desaparecidos, plantas de gran capacidad productiva, como distintas variedades de boniatos, cultivos de secano en Mazo y Fuencaliente; y qué decir de la vid, que ha dejado de cultivarse en gran parte de dichos municipios.
La lucha contra el rabo de gato no puede ser un problema coyuntural de un contrato temporal, de unas cuadrillas amparadas en temas sociales de empleo. Los frentes de avance del "Pennisetum" están en terrenos abandonados. Por eso, la principal preocupación debe centrarse en la recuperación del paisaje agrario de antaño, mejorando las condiciones de agricultores y ganaderos, dignificando la cultura y la economía de los campesinos. Es la manera más barata para frenar la expansión de dicho problema. También, socialmente es una garantía de lucha contra los incendios, al eliminar maleza, mejorando la distribución de la población en el territorio. Y qué decir de la revalorización de los productos de la tierra en La Palma, Reserva de la Biosfera.
En relación a la categoría de Reserva de la Biosfera, señalar que no es sólo monte verde La Caldera y el Observatorio del Roque de los Muchachos. Son también las lavas casi humeantes de los volcanes del sur de la isla, cultivadas con plantas tropicales, como los boniatos en secano con pluviometría que no alcanza el 20 % de los trópicos, o con viña como la malvasía, exigente en humedad, cultivadas en bancales cubiertos de lapilli en Los Llanos Negros. Qué decir de los frutales, hoy en franco abandono, los morales, las higueras, las tuneras (atacadas ahora por una nueva cochinilla).
Frutales, boniatos, ganaderos, alimentos sanos de la tierra. Cultura agraria, dignificar lo pequeño, lo local, lo nuestro, el ayer hilvanado con el mañana.
El rabo de gato es hijo de una crisis agraria, de una crisis de valores.
* Doctor
en Geografía por la Universidad de La Laguna
wladimirorodiguezbrito.blogspot.com.es
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