“SUENAN LAS CAMPANAS DE DUELO” POR CANARIAS

 

Juan Arancibia Rocha *

 

Me vengo de enterar de algunos aspectos de la reciente sentencia del Tribunal Constitucional Español, consecuencia del recurso presentado por el Gobierno Canario contra los Presupuestos del Estado de 2008 por incumplimiento del articulo 96 de  la Ley 20/1991, de 7 de junio, de  modificación de los aspectos fiscales del llamado Régimen Económico Fiscal de Canarias. En aquel entonces formaban el Gobierno regional el pacto formado por Coalición Canaria y el Partido Popular. Por ello el titulo de este trabajo significaría que “han muerto” definitivamente lo que algunos llaman las especificidades canarias, elemento diferenciador con los restantes territorios, regiones o provincias españolas.

 

Creo que es el momento de que los responsables políticos e institucionales de esta situación, que representan apenas un 5 % de nuestra población, frente a la mayoría silenciosa que convive en las islas, hagan una reflexión, un examen de conciencia, del error que cometieron en 1989, cuando el entonces Gobierno del Partido socialista y Coalición Canaria acordaron “sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo”, solicitar la plena integración en la Comunidad Económica Europea, siguiendo los dictados del entonces Presidente del Gobierno, Felipe González. Esto supuso tirar por la borda el PROTOCOLO num. 2 del Tratado firmado entre nuestro país y la CCE, en 1986, en el que se aceptaba el régimen canario, como Derecho primario dentro de el Ordenamiento jurídico comunitario, dando el espaldarazo a la Ley de Raimundo  Fernández –Villaverde del año 1.900 y a la Ley vigente de julio de 1972, que actualizó y mejoró el “acervo canario”.

 

 Después de esta sentencia Canarias será y seguirá siendo Región Ultra periférica de la Unión Europea (como Guadalupe en el Caribe…, etc.) y dos provincias homologables a las extremeñas o andaluces, ya que la Constitución española no nos  aporta nada diferencial…, a pesar de los antecedentes históricos y los dos mil kilómetros que nos separan de Europa y de los cien kilómetros que nos  aleja de África.

 

Esta sentencia significa, en mi opinión, que la sociedad canaria, a través de sus distintos canales e instituciones, deba hacer un acto de arrepentimiento por el “error” cometido en 1986 y analizar en serio el papel y protagonismo que la Región debe jugar en esta globalización que vivimos ; y en donde la economía financiera se mueve en unas cifras a escala mundial de 700 billones de dólares, frene a una economía real (representado por el llamado PIB mundial), cuyos datos son del orden de 70 billones de dólares. Para los curiosos les recordaré que en los años 80 del siglo pasado estas cifras eran similares en  volumen, lo que se explica por el peso y protagonismo de los sistemas bancarios,  la estrategia de las grandes multinacionales y los fondos soberanos de los exportadores de petróleo.

 

Ya he detallado mi posición sobre la estrategia a aplicar en Canarias para salir de esta grave crisis económica, social e institucional, sobre lo que hay que profundizar ante el deterioro que se seguirá produciendo en los años de esta década en esta sociedad donde la pobreza se agudiza, el paro juvenil creciendo y con una cifra de 500,000 parados en la óptica del año 2020 por la incapacidad de nuestra estructura económica para crear empleos, y donde  la marginación social puede ser una bomba de efectos retardados, con lo que ello pueda influir en la llegada de los turistas.

 

He señalado la necesidad de un programa de rescate para Canarias en otras intervenciones  mías. Ahora me remitiré a las cifras publicadas sobre el rescate a las entidades financieras: en el año 2011 fue 5,133 millones y en el 2012 alcanzó 38.343 millones de euros.

¿Quién pensó que el rescate bancario no iba a costarnos un euro a los contribuyentes? En su día estimé en 5,000 millones de euros el rescate canario para: “ obras publicas” (creación de puestos de trabajo); para “formación, acelerada de jóvenes y parados”, en alemán e ingles para facilitarle el trabajo en los países europeos nórdicos y escandinavos (ahora que se está produciendo una gran reacción contra los procedentes de países islámicos); y “para coberturas sociales” -sanidad y educación principalmente- ante las necesidades urgentes y graves que se va extendiendo cada vez más en muchos segmentos de nuestras islas y pueblos, como pone de manifiesto Cáritas y otras instituciones.

 

 La política del avestruz no es positiva; hay que entrar al toro con todas las consecuencias ante esta “caída libre” de nuestra Región. Es de sabio rectificar y, por ello, invito a las personas responsables, a que hay que aprovechar este tren que nos ha dado la sentencia del Tribunal Constitucional para plantearse definitivamente y de una forma honrada y honesta a donde quiere que vaya Canarias y nuestra juventud en los próximos años.

 

 Madrid, 5 de mayo de 2013

 

 * Graduado en Ciencias Políticas y Económicas en 1952, y en Derecho en 1953 por la Universidad Central de Madrid. En enero de 1954 obtuvo una beca para seguir las enseñanzas del Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Nancy, en Francia. El Cabildo de Gran Canaria presidido por Matías Vega Guerra le concedió una beca para la preparación de sus oposiciones al Cuerpo de Economistas y Técnicos Comerciales del Estado, en el que Juan Arencibia Rocha ingresó en marzo de 1961. Hasta 1970 desempeñó su carrera como Técnico Comercial de la Administración central, labor que compaginó con la docencia. Desde su responsabilidad como alto funcionario del Ministerio de Economía, el criterio de Juan Arencibia Rocha fue determinante para la liberalización del comercio de importación en Canarias y la creación de la Feria del Atlántico, origen de la actual Feria Internacional de Canarias.

Juan Arencibia fue miembro del Grupo de Trabajo para la negociación con el Mercado Común Europeo. También fue secretario de la Comisión para la elaboración del Plan de Desarrollo Canarias II.

En enero de 1970, Juan Arencibia Rocha fue nombrado Consejero Económico y Comercial de la Embajada de España en Washington, ciudad en la que residió hasta el 31 de julio de 1975.

En junio de 1976 obtuvo una excedencia de la Administración del Estado para desempeñar la Dirección del Área de Internacional del Banco del Progreso. Ha sido miembro del Consejo Rector de la Zona Especial Canaria, presidente de la Asociación de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado, y miembro del Consejo Superior de Comercio. Es autor de decenas de artículos especializados en el Régimen Económico Fiscal canario y en las políticas públicas de la Unión Europea. Está en posesión de la Encomienda de la Orden del Mérito Civil, a propuesta del Ministerio de Comercio; la Encomienda de la Orden de Isabel La Católica, a propuesta del Ministerio de Asuntos Exteriores; y la Encomienda de Número de la Orden del Mérito Civil, a propuesta del Ministerio de Economía y Hacienda.