California, algo más que incendios

 

«.» Wladimiro Rodríguez Brito *

[...California es un ejemplo de la separación de la gestión y la naturaleza.... En Canarias, tenemos pinos, brezos, cañeros, helechos, próximos a las viviendas. Tierras cultivadas hasta hace unos años, ahora son ocupadas por maleza. Valga como referencia las zonas pobladas de los barloventos de las Islas Occidentales, desde Tentiniguada al propio Barlovento. En numerosas ocasiones tenemos pueblos rodeados por monte y matorrales, con plantas con gran capacidad para propagar el fuego: pinos, brezos, zarzas, granadillos, cañeros....]

 

Tiene una difícil lectura lo que está ocurriendo en California con los incendios, ya que los incendios "forestales" han quemado zonas "urbanas".

Canarias tiene muchos problemas comunes al Estado americano, veranos largos y secos, vientos del desierto (el Santa Ana en California, la calima-el siroco aquí), poblamiento disperso, expansión de las masas de vegetación, un mundo rural en crisis, expansión de las masas de vegetación, tierras en las que se han perdido los usos tradicionales (agricultura, ganadería, pastores, leñadores, actividades forestales, etc.), y, en general, una profunda crisis de la cultura rural.

California y Canarias. Allí tienen unos años de ¿adelanto? a Canarias, las urbanizaciones y las máquinas han roto con el mundo rural, tienen un supuesto culto a la naturaleza, viviendo en casas rodeadas de árboles. Las construcciones son preferentemente de madera, dada la sismicidad, y los árboles son tratados como símbolo de naturaleza. Sin embargo, existe una gestión pobre de los montes, tanto públicos como privados.

Existe también un exacerbado culto a las máquinas, estamos en el país más rico del planeta, en el que los usos tradicionales han sido borrados del mapa. No hay gestión de lo rural, se combate con drones, aviones, helicópteros, bomberos, etc. Las actividades tradicionales en el campo sólo quedan para los espaldas mojadas, que mantienen gran parte de la horticultura americana.

Máquinas separadas de la agricultura y los pastores y gestores forestales. La separación del hombre y la naturaleza es, en parte, responsable de la actual situación. En muchos casos, tenemos plantas pirófitas en las proximidades de las zonas pobladas, con una nula gestión ambiental; no se retiran pastos y leña, ni arboles propagadores de fuego.

En Canarias, tenemos pinos, brezos, cañeros, helechos, próximos a las viviendas. Tierras cultivadas hasta hace unos años, ahora son ocupadas por maleza. Valga como referencia las zonas pobladas de los barloventos de las Islas Occidentales, desde Tentiniguada al propio Barlovento. En numerosas ocasiones tenemos pueblos rodeados por monte y matorrales, con plantas con gran capacidad para propagar el fuego: pinos, brezos, zarzas, granadillos, cañeros.

California es un ejemplo de la separación de la gestión y la naturaleza, si bien los efectos del viento seco del desierto, y las pavesas y el humo, y su orografía de montaña-costa complican la vida en las zonas pobladas.

No se entiende que se quemen pueblos urbanos, como ponen de manifiesto los desalojos a los que se han visto obligados en grandes centros urbanos, actualmente cifrados en más de 300.000 personas. Entre julio y agosto se quemaron más de 300.00 ha., y las de ahora se estiman en más de 80.000 ha. Pero la peor cifra es la de víctimas, que superan las 300 personas en lo que va de año.

Maquinas e ineficiencia. Sin lugar a dudas, los norteamericanos tienen unos recursos aéreos y terrestres que en Canarias estaríamos a años luz de tenerlos. Sin embargo, sus resultados han puesto de manifiesto la dudosa eficacia de estos medios y, lo que es peor, no parece que ellos alcancen el nivel de mentalidad para entender que las máquinas tienen sus limitaciones ante la naturaleza. En este plano hemos de recurrir al saber popular, gestionando la naturaleza con teorías probadas por los humanos a base de ensayo-error. La prevención se ha de hacer contando con los campesinos, con los pastores, no entrar en una cultura de espectáculo, utilizando contra el fuego máquinas poco eficientes, como el DC-10, tirando agua de es y otros artilugios de alta tecnología.

Aquí en Canarias estamos dando pasos que imitan a los americanos, separando los operarios forestales del territorio, destinando cada año más recursos a los medios aéreos, descuidando las relaciones con los campesinos y, lo que es peor, poniendo puertas y cancelas para actividades forestales, básicas para la gestión sostenible del monte, como la entresaca, el corte de ramas, los carboneros, o la leña. Aquí y ahora, estamos importando carbón de Argentina y Cuba, y materia orgánica para la agricultura. Hemos de apoyar los usos tradicionales.

El cambio climático es un hecho, y se está agravando por la cultura urbana. No es normal que en noviembre tengamos incendios en la latitud de California, pero tampoco deberíamos tener las viviendas rodeadas de bosque y maleza, ignorando las leyes de la naturaleza, responsabilizando del fuego a los bomberos y sus máquinas.

La prevención es una asignatura pendiente, aquí y en California. Hemos de asignar recursos a la gestión del territorio (más de 130.00 ha. en nuestro caso), con tareas concretas ante los veranos canarios, con responsabilidades compartidas, tanto por las administraciones públicas como por los privados (viviendas, fincas, etc.).

* Doctor en Geografía por la Universidad de La Laguna.

Exconsejero de Medioambiente del Cabildo de Tenerife.

 

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y El Guanche.org

 

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