El
almendrero de Nicolás
Una
burguesía petrolera
Paco Déniz *
Una burguesía
petrolera, sí señor, eso es lo que nos hacía falta a los canarios para tener de
todo. Ya tenemos una burguesía importadora, otra exportadora, una comercial,
otra platanera, una turística, otra constructora; nos falta una agrícola, una
industrial, otra financiera especuladora y una burguesía nacional. Esta última
es más difícil de conseguir, nuestros ricos no tienen lo que hay que tener, son
conservadores, no arriesgan, no dan la cara por el resto de sus paisanos, están
a gusto con sus concesionarias que les suministran dividendos para darse el
postín. Con eso les basta. Además, no sabrían por donde empezar a erigirse en
burguesía nacional, pues más de la mitad no tienen graduado escolar. En cambio,
para pertenecer a la burguesía petrolera no haría falta sino tener petróleo y
cierto número de esclavos a tu alrededor. Una burguesía petrolera al estilo de
Texas es factible porque no piden estudios, sólo la protección de un buen
ejército, cosa que Canarias no tiene. O al estilo
monarquía saudí, cosa que se puede arreglar, con esclavos y esclavas de todas
las nacionalidades, incluida la canaria, cosa que sí tenemos. ¿Qué titulación
se necesita para eso?, ninguna, sólo tener un gran estómago para provocar y
admitir a tu alrededor desolación, miseria y explotación, cuando no una guerra.
Eso podría discutirse, de hecho es más que probable que nuestra calamitosa
realidad empeore.
Menos mal que
queda mucho para que estas circunstancias puedan conformarse en estas peñas, a
día de hoy sólo tenemos amagos de unos y otros por ver quién clava la primera
perforadora en el fondo del mar, si es que no lo están haciendo ya. Lo que
discuten en las alturas es el coste político de la apuesta por introducirnos en
ese mundo terrorífico y nada halagüeño que sólo hemos visto de pasada en la
televisión. Discuten si los petrodólares se los queda Repsol o se los queda
nuestra flamante hipotética burguesía petrolera; en eso consiste el debate. En
fin, un debate irresponsable que lanza a la desarticulada sociedad canaria a un
sinfín de hipótesis sin visos de comprobación, pensando única y exclusivamente
en quién se llevará el supuesto beneficio económico de una supuesta explotación
petrolífera, suponiendo que en el fondo del mar haya algo valioso que extraer.
Soria ha
emprendido una batalla contra Canarias y su futuro, contra el crecimiento
sostenible y contra la democracia y la paz. Si los peores augurios se cumplen,
él será el responsable, pero los demás tendrán que revisar cuál ha sido su
actitud. Contraatacar ofreciendo un millón de puestos de trabajo para el 2020
es un insulto a la inteligencia.
* Miembro de Alternativa Sí se puede