Un Banco Canario, ¿otro objetivo roto?

 

 

«.» Rafael Delgado Perera *

 

Ciertamente no corren tiempos para hablar, mal o bien, de los Bancos, por lo que en principio puede dar la impresión de ser un tema poco atractivo para interesar la atención del público, pero en este caso no voy a hablar de ellos y de su situación actual, sino adentrarme en este asunto desde una perspectiva nacionalista y de la ausencia en el Archipiélago de instituciones bancarias canarias, dejando a un lado la cuestión de las Cajas de Ahorros canarias, que por sus características específicas cumplen otros fines diferenciados de los de los bancos. 

No obstante ello, queremos señalar, que hay sectores de la economía canaria de una importancia estratégica trascendental, como es en la Banca y Seguros, donde la presencia de entidades canarias en estos sectores es prácticamente nula (la excepción es Mutua Tinerfeña). Abundando en ello, hay que hacer notar la detracción de recursos vía del capital que ha supuesto para Canarias al no tener ni tan siquiera un Banco propio, de accionariado canario, que podía haber canalizado la ingente cantidad de dinero (billones de Euros) que han entrado en el flujo económico del PIB, vía Presupuestos de la Comunidad Autónoma , los mecanismos del REF, como la RIC , etc., Fondos Estructurales y de Cohesión de la Comunidad Europea , Inversiones tanto extranjeras como españolas. 

Haciendo algo de historia, es a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando comienzan a aparecer diversos particulares como prestamistas, entre los que destacaban los terratenientes y extranjeros, mayoritariamente ingleses, ligados estos últimos a las primeras firmas de consignación de buques y exportadores de los productos agrícolas canarios. Esta actividad la realizaban basada únicamente en ser prestamistas no institucionales, y el avance de la economía canaria contrasta con la escasísima presencia de instituciones bancarias canarias. 

Hay que tener en cuenta que los Bancos que se fueron estableciendo, siempre foráneos, son una fuente considerable de drenaje de los recursos productivos canarios, de ahí la importancia de que en los momentos actuales el archipiélago no cuente ni tan siquiera con una sola institución bancaria. 

BANCO DE CANARIAS 

La primera referencia la tenemos en uno de los empresarios más dinámicos de las islas, D. Juan Rodríguez González, fallecido en 1893, que entre sus actividades empresariales sobresalió como prestamista y sus herederos a finales de 1890 crearon la empresa Hijos de Juan Rodríguez González, S.A., que con el tiempo se convertiría en unos de los principales banqueros de las islas y que después de la II Guerra Mundial, en julio de 1950, formalizaría su situación como banca privada, hasta que en junio de 1950 se inscribió como entidad financiera bajo el nombre de Banco de Canarias, S.A, que en 1970 contaba con un capital social de 737.601.350 Pesetas, repartido entre unos 150 accionistas, la mayoría de las islas.   

Aunque entre sus planes de expansión estaba el abrir oficinas en Santa Cruz de Tenerife, estos se encontraban con las trabas que ponían las autoridades bancarias españolas, estando sujeto a los criterios del Consejo Superior Bancario Español que por su situación preponderante y de dominio en el sector bancario eran quienes en última instancia diseñaban los planes de localización de oficinas y agencias bancarias.   

Guanarteme (esquina entre las calles Guanarteme y Nicolás Estévanez), una urbana en la calle Triana, las dos en Las Palmas de G.C., una oficina en el Aeropuerto de Gando, dedicada principalmente al cambio de divisas, tres sucursales en Gran Canaria: Playa del Inglés, Agaete, Santa Brígida, una en Arrecife de Lanzarote y otra en Puerto de la Cruz (Tenerife). 

Por sus orígenes, el Banco de Canarias es el único que se puede considerar netamente canario que después de algo más de dos décadas de existencia desaparecería, al ser  absorbido por el Banco Central el 25 de marzo de 1972, y este posteriormente fusionado con el Banco Hispano Americano para conformar el Banco Central-Hispano que cesaría como tal, al absorberlo el Banco de Santander. 

BANCO DE LAS ISLAS CANARIAS (ISBANC) 

En 1980, muchos bancos españoles se encontraban en apuros, a pesar de que el año anterior tanto los comerciales como los industriales habían tenido unos incrementos promedios entre un 21 y un 14 por ciento respectivamente.   

En el verano de 1980 concluye una operación de ingeniería financiera con Javier de la Rosa como protagonista, consistente en la venta del Banco de Crédito Corporativo (propiedad de unos médicos barceloneses) a un grupo promotor compuesto de sociedades y particulares del Archipiélago, que cambia el nombre de la entidad por el deBanco de las Islas Canarias. Esta operación fue promovida por el Banco Garriga Nogués, que previamente había aumentado su participación en la entidad del 20 al 100 por ciento. El capital social del Banco de las Islas Canarias era de 650 millones de pesetas (3.906.578,67€), con una participación del Banesto de un 18%. Los recursos ajenos que tenía en 1987 superaban los 16.500 millones de pesetas (99.166.997,22€).  

Hay que recordar que los argumentos que se dieron en su día para la creación del Banco de las Islas Canarias, aún a sabiendas de que sin una soberanía política canaria, aquellos argumentos no eran creíbles, fueron precisamente para canalizar a través de éste, los fondos provenientes del Estado vía Presupuesto (Ley orgánica 8/1980 de 22 de septiembre, de Financiación de las Comunidades Autónomas) y el manejo de los fondos que supondría la entrada de Canarias en la entonces Comunidad Económica Europea. 

Hay que hacer notar en todo este asunto, el establecimiento del Banco de las Islas Canarias dio lugar a que la participación en el mismo del Banco Garriga Nogués, S.A., se encausase la compra, por unos 350 millones de pesetas, de los periódicos La Provincia y Diario de Las Palmas, ambos de la Editorial Prensa Canaria, S.A., empresa fundada en 1952, y la entrada de los catalanes como propietarios de los citados periódicos. Ante la previsible venta, se manifestaron desacuerdos dentro del Consejo de Administración de la Editorial , con dimisiones incluidas. En aquellos momentos circularon de forma anónima extensos informes sobre tal operación de compra. Los personajes siguen siendo hoy muy conocidos por la sociedad canaria, alcanzando uno de ellos una situación más que relevante, hasta en el derrotero intelectual, en el entramado y manejo político de las islas, de especial incidencia en Gran Canaria.    

Extendiéndonos sobre lo anterior, hay que resaltar que en el año 2000 los nuevos propietarios de la Editorial Prensa Canaria dejaron de publicar el vespertino “Diario de Las Palmas” (1893-1939 y 1953-2000), y en lugar de tomar esta cabecera, al ser la más antigua, optaron por la de origen y tradición “pleitista “ La Provincia ” (1911-1939, 1939-1955 y 1966…), relegando el nombre de Diario de Las Palmas a un segundo lugar dentro de la cabecera. En los últimos tiempos han acentuado aquellos orígenes que dieron lugar a la división provincial en 1927, junto a una línea editorial decididamente españolista. En 1978 Editorial Prensa Canaria S.A. sería adquirida por Editorial Prensa Ibérica, S.A., es decir, la madre se convertía en hija. 

Sobre el Banco Garriga Nogués, S.A. diremos que sería absorbido el 23 de diciembre de 1986 por el Banco Español de Crédito. 

Un inciso para reflejar que a finales de 1980 sería nombrado director general de esta nueva entidad bancaria (Banco de las Islas Canarias), por excedencia de la Administración del Estado, el tinerfeño don Alejandro Plasencia García, cargo que ostentó hasta finales de 1989, siendo designado en diciembre de este mismo año delegado general de la Caixa , siendo destinado a Barcelona como director de la Obra Social y vicepresidente ejecutivo de la Fundación la Caixa. 

En los últimos meses de 1989 aparecería en el mercado bancario de las islas “ La Caixa ” (Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona) que por medio de una operación financiera del traspaso del activo, pasivo, personal y de gran parte de la red de oficinas del Banco de las Islas Canarias generaría a esta entidad bancaria canaria  unos ingresos en concepto de plusvalías de 3.121 millones de pesetas (18.757.587,78€). Sobre esta operación, según informó el asturiano Ángel Ferrera Martínez, vicepresidente del Banco de las Islas Canarias, duplicaría los recursos propios del banco canario, que se situaría, a la sazón, en 6.000 millones de pesetas (36.060.726,26€). A pesar de esta beneficiosa operación, grupos de accionistas mostraron su disconformidad con el secretismo con que se llevaron las conversaciones. Con el fin de que no surgiera la alarma en la plantilla de los trabajadores, por parte del consejo de administración se informó que el banco se transformaría en “banco de negocios”, al objeto de adecuarse a la situación que se crearía en el mercado con la aplicación del acta única europea a partir de 1993. La realidad fue que el Banco de las Islas Canarias, desaparecería con su red de oficinas, no sólo las que contaba en el archipiélago: una en Santa cruz de La Palma , una en Valverde, varias en Tenerife (Santa Cruz, La Laguna , Los Cristianos, Puerto de la Cruz , etc.), en Lanzarote contaba con tres oficinas (Puerto del Rosario, Corralejo y Morro Jable), en Gran Canaria, donde se encontraba los servicios centrales, contaba con 4 oficinas en Las Palmas de G.C., y una red de oficinas en la isla (Telde, Gáldar, La Aldea , Playa del Inglés, Teror, etc.), como las dos de Barcelona y la de Madrid. Su lugar, como entidad compradora, lo ocuparía “ La Caixa ”. Cuando el secretismo quedó al descubierto, la justificación que se dio fue que el Banco de las Islas Canarias no funcionaba. 

BANCO DE CRÉDITO CANARIO (CANARIBANK) 

Por aquellos años, estaba de “moda”, por decirlo de forma simple, el “canarismo” como reclamo a los posibles impositores canarios, por lo que en 1988 se constituye por parte del Banco de Vizcaya, como segunda marca, elBanco de Crédito Canario, S.A. (Canaribank), con domicilio social en Albareda, 3, Las Palmas de Gran Canaria y con un Capital de 867.859.200 pesetas (5.215.938,84€), totalmente suscrito y desembolsado. Causaría baja el 22 de junio de 1994, al ser absorbido por el Banco Bilbao-Vizcaya.    

POR UN BANCO CANARIO

Hasta noviembre de 2007 no se volvería a suscitar el tema de un Banco con capital canario, siendo el empresario hindú Ram Bhavhani, de quién se dijo el tener una fortuna de 600 millones de euros, quién propone a Cajacanaria la idea, que no fraguaría. Su plan se basaba en comprar un banco español, ya establecido en toda España, por 500 millones de euros para posteriormente hacerlo canario. Según argumentó el señor Bhavhani, su idea partía del hecho de que unos 7.000 canarios poseían un millón de euros, por lo que consideraba que si había dinero, lo que faltaba era decisión para llevar a cabo el proyecto. No contaba el Sr. Bhavhani con el nulo interés e identidad de los comerciantes o empresarios canarios por lo propio, sin olvidar, claro está, que el status colonial de Canarias en este campo de la economía como en la política, hace también más que dificultoso, el establecimiento de una entidad bancaria netamente canaria, si no plenamente pública (dada la falta de soberanía política), semi-pública con participación de capital privado, atrayendo principalmente a pequeños ahorradores, destinando los réditos de esta institución por su participación en la misma en obras sociales o de interés público, siendo también los beneficios que se generaría  de una rentabilidad social evidente.   

En los últimos meses en que se ha suscitado de nuevo el  tema de la fusión de las Cajas de Ahorros Canarias, de todo punto de vista necesaria ante la nueva situación económica y las “agresivas” campañas que han venido llevando a cabo las cajas de ahorros españolas en las islas, sería el momento adecuado para la creación de un Banco netamente canario, que sentaría las bases de una soberanía canaria en este sector de la economía, en el que se aprovecharía el cierre de oficinas que ocasionaría la fusión de las Cajas Canarias, para su utilización por el nuevo Banco Canario sin que se destruyese empleo y, por el contrario, se crease riqueza. 

Al día de hoy, nadie puede decir ni siquiera estimar cuanto han detraído, tanto la banca española como las compañías de seguros, de los recursos generados por la economía de las islas en su reciente historia económica, pero con toda seguridad estamos hablando de importantísimos recursos.    

 

Canarias, 7 de abril de 2009

 

* Articulos publicados en elcanario.net conlafirmaderafaeldelgadoperera.htm