Los asesinos no quieren que les llamen asesinos

 

«» Isidro Santana León 

 

 

Asesinar es matar a cualquier ser y las cabras guaniles son seres vivos que hay que respetar por humanidad e, incluso, porque hay leyes que ampara el derecho a la vida de los animales silvestres y porque los políticos no son dioses para decidir sobre la vida o la muerte de ningún ser.

 

Es una auténtica y despreciable hipocresía la de estos Progres que han mandado a matar nuestra fauna por cuestiones de dinero, cuando decía, y dicen del Rey que es un asesino en los momentos que sale fotofrafiado junto al elefante muerto u otras especies. No estoy con esta comparación justificando al rey de España, ya que no me representa porque soy independentista, no soy español, y porque estoy en contra del maltrato a los animales, pero estos que han jurado la constitución y por el monarca, no tienen autoridad moral para abrir la boca sino para rendirle pleitesía que es la cortesía de los esbirros.

 

Como anécdota, el otro día, en la concentración en el Cabildo, abordo al consejero Carlos Ruiz –hombre que conozco personalmente y hasta me presentó un libro en Gáldar–, para preguntarle qué locura estaban haciendo con los animales, esto es, y su respuesta fue “son cabras”… como decía Hitler con respecto a sus víctimas “son judíos”.

 

Se publicó en prensa amarilla, este pasado fin de semana, que Medio ambiente del Cabildo de Canaria, mediante su consejero, Juan Manuel Brito, denunciará a los que obstalulizaron la labor de los matarifes para que no fulminaran a las cabras -hombres valientes y honrados que merecen mi admiración y aplauso- y a los que han acusado y delatado –a esta pléyade de matacabras– desde los foros de opinión de internet: que empiecen por mí, tengo varios artículos publicados bajo mi responsabilidad y por honor. Gracias a los periódicos libres de contaminación política y los foros de opinión, hemos podido informar a nuestro pueblo y a toda la opinión de fuera de Canarias de la locura que aquí se está perpetrando por el maldito y pudridor dinero. Pero como la arrogancia y el despotismo sigue siendo su escuela, la mejor defensa contra sus actos delictivos es un buen ataque. Este señor, Juan Manuel Brito –un trepa que aprovechó PODEMOS para colocarse–, ha sido en el menor tiempo de gestión conocido en la historia de las instituciones canarias, el elemente más incompetente, impresentable, arrogante y tirano que hemos visto… Me asusto, vinieron a cambiar la forma de hacer política, decían…, ya los vemos y, sobre todo, Antonio Morález, el presidente de cabildo con la cara más bonachona de la costra, quien ha padecido una metarmofosis, desde que ha visto las cantidades que se mueven en subvenciones en las instituciones superiores a los ayuntamientos…, de vergüenza.

 

Estas son las paradojas de la vida: los asesinos amenazando con denunciar a los defensores de las víctimas. Por otra parte, el SEPRONA, que no se había nombrado, también tiene su parcela de responsabilidad en todo esto, ya que es un cuerpo destinado y con competencias para proteger el medio ambiente y todo ser vivo que se desarrolla en él, siendo palmario que no han cumplido con su obligación. La política llevada a cabo por el gobierno del Cabildo en este pequeño tramo de legislatura y la complicidad de la oposición en el mismo, en lo más ilustre que ha sobresalido –hasta a nivel internacional– ha sido en lo esperpéntico, lo dantesco y lo Kafkiano. Un gobierno tan de izquierda, como se arrogan, y actúan igual que en el franquismo hasta utilizando a su antojo el aparato de propaganda del sistema que tanto han criticado. Sí, Antonio Morález dando una rueda de prensa a puerta cerrada, con sus medios más afines, mientras los ciudadanos estábamos en la calle protestando: no tuvo el valor de invitar a alguno de nuestros representantes para que le hiciera las preguntas que, evidentemente, sus comparsas no le hacen.

 

Antes de ir a lo meramente ambiental, he de hacer saber a la opinión que los matarifes y guías del Cabildo han traspasado las propiedades privadas para perseguir a las cabrás y, según rumores, los propietarios han presentado denuncias al respecto. Ahora si voy a lo del monte, percatándome que con la cantidad de árboles que quieren plantar y “proteger de las cabras” harán un coto privado por dónde no podrán pasar nuestros pastores, montañeros ni el pueblo canario en general, porque destrozarían, según ellos, las plantaciones: están cercando Canarias y dejando a los canarios y su identidad al margen de nuestra tierra. Otra de las grandes contradicciones oída el viernes pasado en la concentración, cuando entregamos las 15000 firmas, fueron las palabras de Bravo de Laguna, miembro representante de la oposición, del PP y anterior presidente del Cabildo, cuando le pregunté por el asunto. Sus palabras fueron que él no está a favor de matar las cabras, que en su legislatura se hicieron apañadas, pero que esta subvención venida de Europa no se podía escapar por nasa del mundo; que había que “repoblar” de cedros la zona de Gugüi.

 

La zona de Gugüi, ni en los altos, ha tenido jamás masa forestal ni, obviamente, la mano del hombre intervino nunca en ella. Tiene un ecosistema de cardonales, tabaibales y otras especies, pero sobre todo euforbiáceas  y otros fitoendemismos, zona que si le plantan cedros aniquilarán su particular biológica y botánica… Esa es la ecología que dicen defender.

 

Todo indica que nos toman por tontos, pero esto ocurre cuando no nos movemos porque, cuando lo hacemos, afloran sus contradicciones tal y como está ocurriendo. También me pregunto con qué pinos canarios y qué cedros van a repoblar la ingente zona que pretenden, pues no hay en los viveros tanta cantidad de pino autóctono, por lo que pronostico una importación de especie de afuera y un posible negocio entre amigachos y familiares. En fin, como dice Bravo de Laguna: “La subvención no la podemos dejar escapar por nada del mundo”…

 

11/04/16