A
Arnaldo
Otegi
Estimado
y reconocido luchador Arnaldo Otegi: en el último párrafo de tus declaraciones
al periódico “La Jornada” de México, y reproducida en el periódico
digital Canarias-Semanal[1],
pides que, en un nuevo proceso Constituyente, se reconozca el derecho de
autodeterminación a vascos, catalanes y gallegos. Y yo te respondo lo
siguiente, con el máximo respecto a ti y a los independentistas vascos,
catalanes y gallegos: Te has olvidado de los canarios. Mira Otegi, cuando
vascos, catalanes y gallegos ya formaban parte de España, bajo el reinado de
los llamados “Reyes Católicos”, el archipiélago canario todavía no había
sido conquistado ni colonizado por España.
El pueblo del archipiélago canario, después de la conquista a sangre y
fuego por los conquistadores asesinos y criminales, junto con los colonos que
poblaron también estas islas, han sido tratados por España como una colonia de
ultramar latinoamericana o de las Filipinas. Las diferentes monarquías y
gobiernos nos han tenido abandonados, hemos sido para ellos los colonizados,
“ciudadanos” de tercera o cuarta. Nunca han tenido ningún miramiento con
nuestra situación geográfica, lejanía, etc. Los Reyes llamados católicos,
concedieron a estas islas un pequeño privilegio que se llamó Fuero de Gran
Canaria, que luego se extendió a todas las islas. Y La Ley de Puertos Francos de Canarias promulgada por el ministro Juan
Bravo Murillo en 1852, que luego fueron abandonados y no defendidos por algunos
sátrapas políticos incompetentes de esta tierra cuando se redactó la actual
Constitución Franquista-Juan Carlista y el Estatuto de Autonomía de
Canarias. De todas formas, como ustedes fueron (vascos, catalanes y
gallegos) pueblos diferenciados debido a tener una lengua propia, y forman parte
del territorio Ibérico, tienen el derecho a que se les reconozcan su derecho a
la Autodeterminación, pero Canarias siempre ha sido una colonia de España de
ultramar, y por lo tanto tiene derecho a que se le reconozca su derecho a su
descolonización e independencia. Y por último, repetirte que quizás te hayas
olvidado de Canarias en el último párrafo de tus declaraciones porque estamos
muy lejos de la península ibérica, cercanos al continente africano, del cual
formamos parte, a no ser que tú también, a igual que la monarquía española y
sus gobiernos de turno, nos consideren también una colonia de España, a la que
no hay que hacerle ni puto caso y que se nos la arreglemos como podamos. Y, por
último, desearle mucha salud, y tu pronta puesta en libertad.
Paso
a ilustrarte sobre la que fue Ley
de Puertos Francos, que fue de Canarias. Normativa sobre los Puertos
Francos publicada en 1900. La Ley de
Puertos Francos de Canarias fue promulgada por el ministro Juan Bravo
Murillo en 1852. La Ley de Puertos Francos se componía de un conjunto de
medidas económicas que vino a suponer la liberalización de la entrada y salida
de mercancías del archipiélago canario impulsando desde entonces la economía
isleña y constituyendo un importante incentivo fiscal para el comercio con y
desde las islas. Las razones esgrimidas por los defensores del llamado
"librecambismo isleño" para reclamar un sistema impositivo distinto
al del resto de los territorios del Estado español se basaban en la realidad de
la economía insular, que históricamente no fue complementaria con las economías
de la Península Ibérica. Este hecho provocó que, desde su conquista y
colonización, las islas tuviesen sus principales mercados fuera de los
territorios de la Corona española (con excepción de las colonias americanas,
con la que sí se establecieron fuertes vínculos comerciales hasta su
independencia), como ejemplifica el hecho de que los azúcares y aguardientes
canarios se comercializaran fundamentalmente con puertos como los de Génova y
Amberes, o que los vinos y la cochinilla se exportaran fundamentalmente a
Inglaterra.
Así
pues, puesto en marcha el proyecto de Estado liberal en España, el
proteccionismo de la economía española y sus gravámenes a la importación y
la exportación, resultaron nefastos para una economía
"internacionalizada" como la canaria. La ley de Puertos Francos se
convertiría entonces en la herramienta para dar encaje a las peculiaridades de
la economía isleña. Esta ley provocó un notable crecimiento de la economía
de las islas, favoreciendo el comercio y la exportación del plátano y el
tomate con el continente europeo desde principios del siglo XX. Los efectos
beneficiosos de la ley duraron hasta entrado el tercer cuarto del siglo XX,
cuando los Puertos Francos perdieron su atractivo (fueron abandonadas y no
defendidos por ciertos traidores canarios) como incentivo fiscal con la
implantación del Régimen Económico y Fiscal de Canarias
(REF) y el mercado único europeo.
Canarias
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