De Arico a Barlovento
«» Wladimiro Rodríguez Brito *
-
De Arico a Barlovento
[…La alocada competencia entre pequeñas
organizaciones locales nos hace tremendamente débiles ante los mercados y las
enormes multinacionales. No podemos seguir derrochando recursos…]
Desde
el punto de vista climático, pocos pueblos canarios hay más dispares que
Barlovento y Arico. Uno en la costa norte de La Palma, bajo las constantes
brumas del alisio, y el otro que vive un eterno verano al sotavento del Teide.
Sin embargo, mantienen muchos paralelismos históricos y sociales. Hasta el año
2000, ambos tenían unas 200 hectáreas cultivadas, tomates en Arico y plátanos
en Barlovento. En Arico mantenían unos 800 puestos de trabajo directos,
mientras que los plátanos eran y son el principal sustento de Barlovento. En
uno se obtenían 40 toneladas anuales por hectárea de plátano, mientras que en
el otro eran más de 80 toneladas de tomate en la misma superficie.
Por
desgracia, Arico ha vivido la total desaparición de sus tomates. El municipio
que era más dinámico, junto a Guía de Isora, en producción agrícola en el
sur de Tenerife ha perdido sus invernaderos, su infraestructura de riego y, lo más
grave, sus empresas y trabajadores. Entretanto, en Barlovento hoy se sufren
numerosas dificultades por los bajos precios que obtienen los agricultores, pero
tampoco se plantean medidas reales que puedan resolver este problema.
Asprocan
propone ahora recuperar mercados como Reino Unido o Portugal, pero no analiza
por qué no somos competitivos. Este tipo de medidas no se pueden improvisar,
sobre todo mientras seguimos perdiendo mercado en la Península por nuestras
peleas fratricidas. Necesitamos mejorar internamente para ser más competitivos
con nuestros plátanos. Tenemos mucho camino por delante en asuntos como la
clasificación del producto, el empaquetado, la optimización de recursos
conjuntos, el flete y la comercialización. La alocada competencia entre pequeñas
organizaciones locales nos hace tremendamente débiles ante los mercados y las
enormes multinacionales. No podemos seguir derrochando recursos.
Arico
ha sufrido la ruina de un sector clave en la economía local. Es un pueblo que
ha sufrido una parada total de la inversión en infraestructuras como
invernaderos y en el riego, pero también la pérdida de la ilusión de su
gente. En Tenerife, hemos perdido más de 6.000 puestos de trabajo desde el año
2000, cuando la diferencia de costes con Almería o Marruecos no era insalvable.
Hemos tirado la toalla cuando podíamos haber luchado para continuar siendo
competitivos. Tampoco nos han ayudado los acuerdos de
la UE con Marruecos o la ignorancia sufrida desde la burocracia de Madrid.
Tenemos
razones para defender la producción local con empresas pegadas al suelo. Hoy la
mayor empresa de Buenavista del Norte produce tomates. Con casi 100
trabajadores, a pesar de todos los obstáculos, ha exportado en 2015 más de
2.000 toneladas a Reino Unido. Sus mayores dificultades se pueden solucionar
desde aquí, pero el problema clave son las prometidas ayudas al transporte que
nos harían competitivos con Almería.
Que
la suerte de Arico no se repita en Barlovento. Busquemos condiciones que también
nos permitan recuperar los más de 15.000 puestos de trabajo perdidos en los
tomates de las Islas.
* DOCTOR EN GEOGRAFÍA POR LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA
Otros artículos de Wladimiro Rodríguez Brito publicados en El Canario
wladimirorodiguezbrito.blogspot.com.es