Arde Canarias, se buscan culpables políticos
Antonio Cubillo Ferreira *
Los bosques de pinos,
palmeras, laurisilva y brezos de estas islas africanas, donde respiraron
nuestros antepasados, corretearon nuestros padres y nosotros conocimos de niño,
en islas como La Gomera, La Palma y Tenerife, han ardido estos días y seguirán
ardiendo, y las llamas y humos han sido vistos por los satélites en todas
partes del mundo, mientras el gobierno autónomo fantoche y la metrópoli
colonial española les echan la culpa al calor o a posibles incendiarios, cuando
los responsables son ellos.
Pero los campesinos,
los ganaderos, la gente del campo en general, buscan culpables y se ponen a
reflexionar sobre el porqué de tanto desastre y la repetición del mismo, no
haciendo caso a los cantamañanas de los cabildos, ayuntamientos, gobierno autónomo,
Seprona y TV Canaria ni a sus mentiras y lloros de cocodrilo ni a las
explicaciones y argumentos que dejan destilar en las radios y televisiones
locales, pero no convencen a nadie, sobre todo aquellos que perdieron sus casas,
ganados y medios de vida.
Ya va siendo hora de
que se enteren los canarios de que aquí viven un millón en estas islas (los
demás son residentes y turistas), que mientras sigamos siendo una colonia de
España no podremos solucionar problemas como el de los incendios de nuestros
bosques ni la agricultura, la pesca, nuestra ganadería, nuestra industria, ni
el porvenir de esta nación colonizada, pues somos una colonia africana de la
corona española, una tierra que fue conquistada por la fuerza de las armas y
parte de sus habitantes vendidos como esclavos en los mercados europeos.
Pero todos los
problemas, y también el de los pueblos colonizados, tienen su solución, la
cual no caerá del cielo como una fruta madura, sino que tenemos que arrancarla
y cogerla con las dos manos y después plantarla en una nueva tierra ya libre,
que fructificará para nuestros descendientes en una República Federal, Laica y
Social, donde ondeará libremente todos los días la bandera nacional canaria,
la Tricolor de las Siete Estrellas Verdes.
Tiene que quedar muy
claro que ni al Gobierno español ni a la corona borbónica ni al Gobierno títere
canario ni a los políticos canarios enchufados o en el poder, ya sea en los
cabildos, ayuntamientos o en la pequeña Bastilla de la calle Teobaldo Power,
les importan un rábano los incendios de cada año, ni los llantos de los
campesinos y de los ecologistas ni el de los simples ciudadanos de las Islas,
que se indignan con lo que pasa cada año con nuestros bosques.
Antiguamente no se
quemaban los bosques porque había peones camineros que limpiaban las cunetas y
las carreteras de pinocha, papeles y rastrojos; había guardas forestales en
cada ayuntamiento y la gente iba a los montes a recoger la pinocha y la
hojarasca para las camas de las vacas y de los cochinos y para hacer el estiércol,
que servía de abono junto con el nitrato de Chile, que se importaba de aquel país,
o para los huacales de plátanos envueltos en aquellas mantas inglesas con la
pinocha de los pinares. La gente de los pueblos mantenía limpias sus fincas y
apenas se veían rastrojos, porque la tierra se plantaba y se vendía en los
mercados y recovas de los pueblos y ciudades, porque no se importaban los
productos del campo y la gente conocía sus productos y en las casas los vecinos
se apoyaban con el intercambio de frutas y hortalizas, quesos y leche o huevos y
vino de la tierra, pues las tierras eran para nuestra gente y no para hacer
chalets y hoteles para los turistas y residentes, que es lo que buscan los
autonomistas y otras gentes de mal vivir.
A Madrid no le gustaba
esto ni a los importadores e intermediarios, como tampoco a los hoteles,
cuarteles y empresas españolas, ni a los monopolios de la leche como Iltesa, de
los Oramas; ni a los cabildos, que querían cobrar de los productos importados;
ni a los caciques de las tierras, que querían acabar con sus medianeros para
vender sus tierras a los turistas o a los ayuntamientos, que las compraban para
especular o para lavar dinero negro de las mafias establecidas en Canarias.
Pero eso ya pasó, y
las consecuencias las estamos viendo en estos días con los incendios. No
obstante, hay canarios patriotas que no nos conformamos con estos y queremos
salvaguardar nuestros bosques y montes, pero antes tenemos que echar a los
culpables de siempre: el colonialismo español y sus esbirros o canarios de
servicio, colaboracionistas a sueldo como los que se sientan en la pequeña
Bastilla de la calle Teobaldo Power.
Hoy en día, hay
tecnología moderna suficiente para que no vuelvan a repetirse estos incendios,
pero antes tenemos que acabar con el colonialismo y sus esbirros. Para ello,
habrá que hacer una prevención hibernal y establecer un plan general en apoyo
de la agricultura, montes y bosques. El problema de los hidroaviones y helicópteros,
un gobierno canario republicano independiente lo resuelve fácilmente si hay
voluntad para ello: un hidroavión nuevo comprado en Canadá vale 22 millones de
dólares, pero en el mismo país o en los USA o en Rusia, uno viejo y usado se
consigue por 2 millones. Hay cementerios enormes en esos países con aviones de
la Guerra Mundial, que los venden para quitárselos de encima, aunque los
arreglan para usos secundarios como hidroaviones.
Los ayuntamientos del
futuro, si tienen libertad y no están controlados por partidos españoles o
autonomistas, como ahora de CC, CCN o NC, tendrán cuadrillas municipales con
todos los parados y las dedicarán a la limpieza de fincas y montes, e incluso
su propia policía montada y medidores de calor y cortafuegos para paralizar los
incendios y bocas de riego, así como sistemas de ordeñar las nubes en el
famoso mar de nubes de las Islas, con dispositivos de captadores permanentes de
niebla en el mar de nubes, que con su goteo nocturno humidifican la tierra, sin
estar pidiendo permiso a los cabildos o a un Gobierno autónomo fantasma como
ahora. En la república africana de Cabo Verde, los campesinos captan el agua
por las noches con una planta, la "Fulcroya Gigantea", que es como
cactus; cada pie recoge de diez a quince litros por noche de niebla, y aquí podíamos
hacerlo también.
"Los campesinos
canarios conocen perfectamente la tierra, y si los dejaran poseeríamos una
agricultura floreciente y no tendríamos que importar ningún producto agrícola,
pues estaría toda en producción. Los viejos campesinos se aprovechaban del mar
de nubes de Canarias, producido por la enorme intensidad de la radiación solar
que hace que en las superficies marítimas se produzca una intensa evaporación,
que trae consigo el ascenso del aire cargado de humedad. Estas enormes masas de
aire, al ascender, sufren un enfriamiento adiabático, produciendo nubes de tipo
cumuliforme, características de las zonas de referencia. Estas corrientes de
aire cargadas de humedad se dirigen hacia la zona de convergencia del frente
intertropical arrastradas por los alisios proveniente del anticiclón de altura
y, por tanto, circlando con elevadas temperaturas y con un espesor de
Conocí a este amigo
uruguayo en Argelia, donde había sido contratado por el Gobierno argelino en
1976. Me regaló y dedicó su libro, que lo había publicado la Unesco (SPA 15),
sobre la agricultura en Canarias. Tenía una gran admiración por la tierra de
sus antepasados de La Palma y hablaba maravillas de Lanzarote y sobre los
enarenados. Precisamente, había estado en Israel para estudiar los cultivos en
el desierto y en los enarenados. Hablando con los especialistas agrónomos de
los kibbutz, le dijeron que en 1948, en el momento de la independencia, el
gobierno israelita envió una expedición a Lanzarote para aprender de los
canarios de la isla todo lo relativo al cultivo de los enarenados y la explotación
de la agricultura en zonas desérticas de Neguev, pues los israelitas sabían
que donde mejor iban a aprender estas técnicas era en Lanzarote, que acumulaba
una experiencia de más de trescientos años. Al mismo tiempo, me habló de la
captación de nubes y cómo los israelitas habían plantado montañas peladas
con pinos canarios y que todo funcionaba a las mil maravillas.
Me dijo incluso que una
isla como Fuerteventura, si llamaban a técnicos israelitas, en diez años la
transformaban en un vergel, con agua desalada del mar. A eso le contesté que el
Gobierno español sería el primero a oponerse, pues la querían para campo de
tiro del Ejército y para los turistas, o si hay nueva guerra para base de
submarinos, como ya hicieron con los nazis en la última guerra en la península
de Jandía.
Los autonomistas de
Coalición de Constructores (CC), que controlan el llamado gobierno autónomo
con sus compinches españoles del PSOE, se han venido gastando el dinero en
tonterías como la policía autónoma, para darle escolta al exalcalde de El
Sauzal, o en proyectos tan inútiles e incómodos como el Auditorio de Tenerife,
que programado por el arquitecto valenciano Calatrava por 4.500 millones, al
final costó 14.500 millones de pesetas, diez mil para beneficiar a los amigos
del cabildo, enchufados y políticos del momento. Imagínense ustedes todo lo
que se pudo haber hecho con ese dinero para hospitales como el del norte,
limpieza de montes y barrancos, arreglo de caminos vecinales y subvenciones para
la agricultura de la isla y la ganadería.
Cuando este país sea
independiente, no vamos a permitir que queden terrenos baldíos o improductivos.
Todas las tierras tienen que cultivarse, tenerlas limpias, y para ello habrá
brigadas de parados de cada ayuntamiento, con contratos fijos por años
renovables, dedicadas a esas tierras o a los terrenos municipales, y todos los
funcionarios de los ayuntamientos de cada isla tendrán que trabajar dos semanas
al año limpiando montes, barrancos, cauces y charcas de rastrojos y hierbas, e
incluso el propio alcalde tendrá que trabajar voluntariamente y gratis una
semana al año.
En algunas islas, los
españoles de medio ambiente, siguiendo órdenes de Madrid, se han dedicado a
plantar pinos gallegos... Hay que arrancar todos esos pinos y sustituirlos por
árboles frutales y olivos y acabar con esos bosques muertos que hay en muchas
islas, donde apenas se ven pájaros, por lo que hay que proceder a crear bosques
de frutales, con suelta todos los años de perdices, codornices, gallinas,
mirlos, búhos, corujas, loros y cacatúas para que críen salvajes y alegren y
limpien nuestros bosques, que serán controlados por la policía republicana
federal a caballo. Para la limpieza de los montes, en vez de vehículos debe
usarse mulos, asnos y camellos, que además ayudarán con el estiércol natural.
En el Anteproyecto de
Constitución Republicana que publicó durante seis meses nuestro partido
independentista, el Congreso Nacional de Canarias (CNC), en el periódico
independiente de Canarias, EL DÍA (septiembre de 2007/marzo de 2008 ), habíamos
previsto esta situación:
Art. 199).- Régimen de
tierras municipales y particulares: todas las tierras municipales del archipiélago
tendrán un nuevo régimen de propiedad en la República. Un tercio será para
el Estado Federal Republicano, un tercio para el Gobierno Federal de cada isla y
un tercio para los Ayuntamientos. Los nuevos propietarios establecerán los límites
de su propiedad de común acuerdo y a tenor de los valores de los mismos. El
tercio del Estado en zonas rústicas se dedicará de preferencia a la repoblación
forestal con árboles frutales, o almendros, nogales, castaños y olivares,
pudiendo ceder el Estado Federal su explotación y cuidado y venta a
particulares o empresas canarias que lo soliciten, mediante precio de
arrendamiento.
Art. 200).- El Gobierno
de la República promocionará y ayudará a todos los municipios de las Islas a
que reforesten sus tierras rurales con frutales y olivares. Es política del
Gobierno introducir olivares en Canarias en grandes zonas agrícolas municipales
o de particulares, cultivo que siempre impidió su desarrollo la metrópoli
colonial.
Art. 201).- Los
propietarios y empresarios agrícolas particulares y los municipios canarios que
quieran dedicar una parte de sus tierras a las plantaciones de olivares serán
subvencionados con fondos federales por el Estado Republicano durante siete años.
Art. 202).- Las
cooperativas agrícolas y ganaderas, así como las asociaciones de productores
canarias, podrán gozar de subvenciones de los gobiernos federales insulares y
de créditos a bajo interés del Banco de Canarias para potenciar al máximo el
sector primario. Sus productos estarán siempre protegidos por el arancel
canario a la importación.
No estaría de más que
en esas tierras municipales se estableciera, como en Israel, un tipo de kibbutz,
con familias jóvenes de parados, patriotas y conscientes que piensen en la
construcción de nuestra república y luchen por ella, por nuestra agricultura
ecológica propia, nuestra ganadería y todos los productos de la tierra, con
estiércol natural y no artificial, que acaba destruyendo y matando la tierra.
Como mi madre era de
Lanzarote y allí la tierra se cuida y se explota como en ningún sitio, he
notado que cuando vienen amigos de aquella isla o de Fuerteventura, lo primero
que me dicen es que los lleve a visitar los bosques de Tenerife, pues quieren
ver verde, mucho verde. Se me ocurre que tendríamos que formar cuadrillas de
gente de aquella isla y traerlos a trabajar a estas islas occidentales... y verán
el rendimiento que sacan a las tierras y cómo las limpian y evitan los
incendios.
De todas maneras, una
cosa es cierta: tanto la metrópoli como eso que llaman el Gobierno autónomo,
situado en la pequeña Bastilla de la calle de Teobaldo Power, son los enemigos
jurados de Canarias, de sus montes y bosques, de nuestros sectores primarios y
secundarios, de nuestra libertad, de nuestra futura nación y de nuestro futuro
como país. Mientras no acabemos con todos ellos, no tendremos porvenir, y el
paulinato no nacionalista, con su jefe a la cabeza, el exalcalde de El Sauzal,
P. Rivero, el del helicóptero particular, seguirá recibiendo órdenes de la
corona española y resolviendo el problema de los 320.000 parados con aquella
frase famosa: "Los parados y los jóvenes canarios, que aprendan de sus
abuelos y emigren, emigren".
Los borbones españoles acabaron entregándole el Toisón de Oro a Paulino por los servicios prestados al colonialismo.
* Presidente del CNC, brazo político del Movimiento de Liberación Africano de Canarias, el MPAIAC
cnc@elguanche.net cubilloantonio@hotmail.com
Publicado
en el periódico El Día, sección Criterios, 18-08-2012