Por Luis Bacallado
Por si alguien a estas alturas de la
película lo dudaba, vino Madrid y lo confirmó. El Estado ignoró a las
Islas completamente en los últimos Presupuestos Generales, llevando a
cabo así un desaire histórico.
En una ocasión hace varios años, el
político vasco Arzalluz subrayó que los canarios se vendían por dos
carreteras... La realidad es que razón no le faltaba al activista de Euskadi.
Lo que realmente deberían ahora preguntarse los medianeros de CC al igual que
el resto de la ciudadanía, es si tantos años de "bajada de
pantalones" han valido para algo más que para satisfacer las apetencias
personales de los primeros. A la vista está que la élite de la Villa y Corte
jamás ha dejado de ver a Canarias con otros ojos que los de un apetitoso
mercado cautivo, una neocolonia para explotar socioeconómicamente e ignorar políticamente.
Como muestra clarificadora, los números.
La inversión estatal caerá un 4,8% el próximo año, el Fondo de
Compensación Interterritorial bajará un 35% y
el Convenio de carreteras quedará congelado en 54 millones. Además, el
Archipiélago será la comunidad autónoma que más recorte sufrirá en el reparto
de los recursos del FCI al perder 11 puntos por encima de la media, lo
cual representa un -24,34%. Por su parte, los descensos de las partidas para fomentar el empleo
son llamativos con una rebaja del 20% con respecto a 2013 al pasar de 86
millones de euros a 69 millones.
No se trata de hacerse la víctima. Se trata de empoderarse y adquirir la responsabilidad que nos
corresponde como sociedad ante un escenario histórico que pide a gritos un
drástico giro de timón por nuestra parte. Teniendo además, los
argumentos de siempre y los actuales a nuestro favor.
Y es que a decir verdad, a nadie en su sano juicio le
gustaría formar parte de un país con ínfimos niveles de gobernanza y
que ha sido incluido recientemente en la lista negra de Estados sin libertad objetiva y que no
admiten inspeccionar su régimen. Si lo que queremos es más y
mejores oportunidades, más libertad y menos corrupción, amén de que no nos
sigan quitado por aquí y por allá, lo que tenemos que hacer es sacar
nuestra manzana del saco de manzanas podridas. Así de sencillo. Pero antes
tienes que perder el miedo. Después de todo, quizá en Catalunya
no anden muy equivocados.
Fuente: menceymacro.blogspot.com