Jorge
Dorta *
El
Luyet, el mundo naranja de transición
[Antonio
fue un analista, un pensador que identificó claramente la realidad colonial de
Canarias y actuó en consecuencia… Muchos han sido los que lo han criticado,
pero la mayoría de ellos no pasó 20 años en el exilio ni tuvo una campaña de
difamación contra su persona durante 40 años por parte del aparato del estado]
En
la madrugada del 10 de Diciembre de 2012, Antonio Cubillo emprendió su viaje al
Luyet,
el mundo de transición de los antiguos canarios a donde iban los difuntos para,
de allí, aguardar una nueva encarnación o regresar al seno de la divinidad y
fuente de toda vida, Magek.
Tuve
la suerte de conocer a Antonio en estos sus últimos años. Había que cogerle
el tranquillo, pero una vez que se lo cogías era fácil comunicarse con él.
Además, como era algo goloso, si le llevabas una bandejita de dulces te lo
ganabas. Tenía un estilo peculiar de contar las cosas, nunca iba al grano sino
que te empezaba a contar una historia dando rodeos hasta que entendías el
mensaje.
Eso
si, si ibas a verlo mejor que no fueras con prisas, tenías que ir con tiempo y
preparado para que te contara interminables historias de como consiguió la
radio en Argelia, del rubio, de las minas de hierro de Gara Djebilet, de Houari
Boumédiène, del Che Guevara, de geopolítica africana y, al final, no era
extraño que bajaras al bar de abajo y volvieras a subir con unos platos de
pabellón venezolano para almorzar.
En
mi opinión Antonio fue un prisionero de su propio entorno. Un entorno
generalmente negativo y en gran parte analfabeto, política y socialmente, que
vivía de su relación, positiva o negativa, con él. Un entorno, en gran parte
su creación, que terminó devorándolo. Se embarcaba o te hacia partícipe en
proyectos hasta que su entorno, histórico e inmovilista, se enteraba y lo hacia
recular. Pero tu ya estabas metido en el surco y podías seguir solo sin el.
Cuando entendías esa dinámica, ya sabías como manejar la situación.
Tenía
una frase que me gustaba mucho "la razón es tozuda". Antonio fue un
analista, un pensador que identificó claramente la realidad colonial de
Canarias y actuó en consecuencia, con sus aciertos y sus errores. Tenía una
gran intuición. La necesidad de una moneda propia no era por los motivos que el
decía pero si es recomendable porque Canarias no es zona monetaria óptima ni
con Europa ni con España. No es que se necesite de una constitución para
descolonizar un país, sino que la viabilidad y probabilidad de éxito de un
proceso de descolonización depende de las instituciones políticas y económicas
que se establezcan. El
hombre no andaba desencaminado.
Muchos
han sido los que lo han criticado, pero la mayoría de ellos no pasó 20 años
en el exilio ni tuvo una campaña de difamación contra su persona durante 40 años
por parte del aparato del estado. Criticar es fácil, pero solo tiene derecho a
equivocarse el que lo intenta.
Antonio
es un personaje de luces y sombras, de novela negra, de espías y guerra fría,
de aciertos y errores..., y parte ya de la historia de estas siete peñas atlánticas
y africanas.
Ahul Antonio, tifulkit t-tighri n tilelli.
(Saludos Antonio, hermoso es el grito de la libertad)
Fuente: menceymacro.blogspot.com.es