La noche de San Juan y la ancestralidad canaria

 

«.» Mencey Macro *

La fiesta de San Juan fue la fiesta más celebrada en Canarias hasta mediados del siglo XX en la mayor parte de pueblos y ciudades, contaran o no con iglesia bajo la advocación del santo.

 La superposición de creencias cristianas a las creencias nativas siempre ha generado - y sigue generando - una cierta confusión entre la población canaria máxime cuando coinciden con otras tradiciones europeas consideradas igualmente de origen "pagano" como la noche de San Juan u otras relacionadas con ciertos fenómenos astrologicos como los equinoccios o los solsticios. 

Solemos pensar que el sincretismo religioso se produce al apropiarse la religión católica de lugares o fiestas paganas, pero nos olvidamos que también se produce al adoptar el nativo fiestas cristianas que proporcionan la forma o la justificación bajo la cual poder continuar con las fiestas nativas.

En Canarias la fiesta de San Juan hunde sus raíces en la noche de los tiempos. Las fiestas del solsticio se celebraban aquí mucho antes de que ningún europeo pusiera el pie en esta tierra. No tienen 500 sino más de 3.000 años. 

La tradición oral recoge que el solsticio de verano marcaba el año nuevo de los antiguos canarios, unas festividades que en Tenerife duraban tres días. Las festividades comenzaban con el solsticio de verano, el 21 con el Achu n Magek o Triunfo del Sol.

Al amanecer del día del solsticio se saludaba al sol y se observaba el `baile del sol´. El ‘Triunfo del Sol’ es el día más largo del año, el triunfo de la luz y de la justicia sobre el mal y la oscuridad. El sol era la manifestación de la divinidad.

Todavía mi abuelo [Isidro Hernández, natural de Agache] y sus amigos iban el amanecer del día 21 de junio y saludaban la salida del Sol vertiendo la leche que tenían en un gánigo y gritando tres veces el Achún Magec. Esto era su ritual de año nuevo» [Fernando Hernández González, 2008].

El Achu n Magek es también la consumación del ciclo agrícola, donde el trigo y la cebada ya se habían recogido o estaban aptos para recogerse, por ello ese día se despedía a las almas de los antepasados hasta el próximo ciclo ya que habían terminado su tarea de infundir fertilidad a la sementera y podían regresar a otros planos de existencia.

Las dos noches siguientes (del 21 al 22 y del 22 al 23) se celebraba la Noche del Error, en el que en campos de cereal recién cortados y custodiados por los guerreros sagrados para evitar interferencias físicas o energéticas, se unían hombres y mujeres con la intención de procrear. Finalmente la noche de San Juan (23 a 24) se encendían las hogueras y se finalizaban los tres días de fiesta por el fin de año. El solsticio marcaba el final y comienzo del ciclo anual.

Los niños nacidos de la noche del error iban a nacer a determinadas Samaras (conventos) de maguadas (sacerdotisas) llamadas Daxai (estrella) que hacían funciones de paritorios. Los nacidos de esos partos se quedaban en la comunidad religiosa y serian los futuros kankos (sacerdotes que dirigían el culto al sol), axaentemirt (guerreros sagrados) y maguadas (habían de varios tipos, consagradas a la divinidad, a la enseñanza, a la sanación, plañideras, etc...)

Como parte de los rituales propiciatorios que, dedicados a la fecundidad, se desarrollaban durante las fiestas [...], hombres y mujeres en edad fértil mantenían relaciones sexuales en campos plantados de cereales. Cegados por la oscuridad nocturna, el contacto se practicaba sin conocer la identidad de la otra persona. 

Nueve meses más tarde, las criaturas nacidas de este ritual eran entregadas a los samarines para su educación como miembros de las distintas castas sacerdotales o, en determinadas circunstancias, para su preparación como guerreros Axaentemir. De esta manera, quizá un tanto cruel para los hábitos actuales, se conseguía el desarraigo social de un sujeto que, ajeno a la personalidad de sus progenitores, vivía hasta el final de sus días el signo sagrado de su nacimiento y, por tanto, su condición de hijos de una divinidad a la que rendían obediencia. [Crónicas del Guirre]

Para Lanzarote y Fuerteventura Gomes Escudero escribió que

"Tenían los de Lançarote y Fuerte Ventura unos lugares o cuebas a modo de templos, onde hacían sacrificios o agüeros según Juan de Leberriel, onde haciendo humo de ciertas cosas de comer, que eran los diesmos, quemándolos tomaban agüero en lo que hauían de emprender mirando a el jumo, i dicen que llamaban a los Majos que eran los spíritus de sus antepasados que andaban por los mares i uenían allí a darles auiso quando los llamaban, i éstos i todos los isleños llamaban encantados, i dicen que los veían en forma de nuuecitas a las orillas del mar, los días maiores de el año, quando hacían grandes fiestas, aunque fuesen entre enemigos, veíanlos a la madrugada el día de el maior apartamento de el sol en el signo de Cáncer, que a nosotros corresponde el día de San Juan Bautista».

Además la arqueoastronomia ha determinado que muchos santuarios en Lanzarote y Fuerteventura, así como en el resto de las islas, están orientadas a los equinoccios o solsticios.

En Gran Canaria el Achún Magek y la Noche del Error también se celebraban. En la noche anterior al solsticio se encendían hogueras y se contaban historias. Luego se saludaba al sol por la mañana. Las festividades continuaban por ocho días más, incluyendo la noche del error y el encendido de hogueras en la noche de San Juan.

El cronista Marín y Cubas nos habla sobre este particular en Gran Canaria:

 "Contaban su año llamado Acano por las lunaciones de 29 soles desde el día que aparecía nueva, empesaban por el estío, quando el Sol entra en Cancro a 21 de junio en adelante, la primera conjunción, y por 9 días continuos hazian grandes vailes y convites, y casamientos haviendo cojido sus sementeras, hazian raías en tablas, pared o piedras; llamaban tara, y tarja, aquella memoria de lo que significaba"

En Las Palmas de Gran Canaria, la fiesta de San Juan se celebra como fiestas fundacionales de la ciudad. 

Según las crónicas el desembarco de Juan Rejon la mañana del 24 de Junio, tras la noche de San Juan, no encuentra oposición entre otras cosas porque los canarios no habían acudido prestos a combatirlos ya que se encontraban en fiestas. 

Cuando los castellanos desembarcan en Las Palmas sabían perfectamente que la población nativa estaba en fiestas entre otras cosas porque Fernan Guerra - un pirata que se dedicaba a comerciar y asaltar las islas - había informado sobre las peculiaridades de la sociedad nativa, sus fiestas, sus poblaciones, etc.. a Fernando El Católico y este en recompensa lo había nombrado adalid mayor de la conquista de Gran Canaria

Por tanto los grancanarios cuando celebramos la noche de San Juan no estamos celebramos el desembarco de Juan Rejón, ni la fundación del Real de Las Palmas,... simplemente celebramos una festividad nativa tal y como se viene haciendo desde hace tres mil años, aunque la mayoría no tenga conciencia de ello.

En torno a la noche de San Juan hay muchas tradiciones, algunas lo celebran el día del solsticio, algunos la noche del 23. Muchas de esas tradiciones seguían vivas hasta los años 40 del siglo pasado. Para la comarca de Daute por ejemplo se recogen estas tradiciones;

Una de las tradiciones más llamativas sucedía la víspera, el día 20 de junio, día en el que se iba a los montes y se recogían ramas de laurel, llevándolas al pueblo. En las casas, entre las tejas y la pared, en un hueco, se colocaba la rama, que se dejaba al sereno de la noche, debajo del cual se colocaba un cubo con agua, también toda la noche. Por la mañana, recién amanecido, se acercaban al cubo y se reflejaban, existiendo la leyenda de que aquel que no intuía su figura no sobrevivía a ese año. Luego, se lavaban con el agua, bebían de ella, se bendecían unos a otros y luego la guardaban en recipientes de barro ovalados que reciben el nombre de tallas, usándose todo el año para bendecir y beber, al considerarla agua bendita. Luego, y con la rama de laurel que paso toda la noche a la serenada, previamente mojada en el agua, se bendecía al ganado. 

Otra de las tradiciones del día 21 de junio eran las hogueras, que se hacían en tiempo de nuestros ancestros guanches para atraer la atención de la Deidad , en torno a las cuáles se bailaba y cantaba. Pues en Teno, donde se sigue practicando esta tradición, igual que en el resto de las islas, se prenden al caer la tarde y se salta, canta y baila a su alrededor. Cada familia confeccionaba la suya, haciéndose también algunas comunitarias. Estas, en tiempos de nuestros antepasados guanches, eran vislumbradas desde la Gomera , y viceversa, permitiendo que existiera unidad entre las islas y sus habitantes. El laurel o “loro” utilizado para bendecir al ganado en la tradición antes mencionada se arrojaba al fuego, saltando luego los jóvenes en forma de cruz. 

También influidos por la tradición guanche, ese día se procedía a realizar predicciones del futuro más próximo o de lo que aconteciera ese año, llevando a cabo lo menos pintorescos “rituales”, como el ritual de las tres papas, que consistía en colocar bajo la cama la noche anterior tres papas, una con cáscara, otra a medio pelar y la tercera pelada. A la mañana se agarraba una sin mirar y si la papa era la que tenía íntegra la cáscara, era vaticinio de matrimonio con un hombre rico, la que estaba a medio pelar, un hombre acomodado y la que estaba pelada, con un hombre pobre.

Otra tradición “sanjuanera” en Teno era el Baile de San Juan. Para la ocasión se sacrificaba una cabra y se arreglaba su carne, acompañada con papas, vino y licor de caña. El baile se desarrollaba alrededor de las ventas, en Los Bailaderos, plaza de Teno Alto. Se encontraban tanto los que habían acudido al mar como los que no, y allí disfrutaban de lo que los más mayores definían como “el mejor baile de Teno del año”.

Se tocaban distintas piezas musicales, pero llegado el Tajaraste y el Tanganillo, el respeto pasaba a ser máximo, siendo estas las piezas centrales del baile y por lo tanto más importantes. Los bailarines se disponían en doble fila alternando hombre-mujer, danzando la música que ofrecían la flauta o “pita” y los tambores.

En Tenerife, se solian llevar las cabras y los animales domésticos al mar y darles un baño en la playa para así bendecir al ganado y darle salud. En Teno Alto (Buenavista del Norte) Don Modesto Martín Dorta, quien contaba con 92 años de edad, explicó que  las cabras se bañaban el día de San Juan “para que se revolcasen y entrasen en celo” a fin de que quedaran preñadas.

El solsticio es la renovación de los pactos con la vida, con el ciclo que comienza. Tampoco es de extrañar que en esa noche de brujas hayan oraciones para encontrar pareja. Según dice la tradición “la que no se salte el fuego, soltera se quedará”.

No es causal que se vincule la noche de San Juan con las brujas, puesto que para los cristianos las maguadas, las sacerdotisas nativas eran "brujas". Es típico que la gente, mujeres especialmente, al amanecer de San Juan realicen un bautismo en el mar.

En Lanzarote y en muchas otros islas era tradición dejar a la luna una palangana con agua la noche de San Juan con tomillo, pétalos de rosa y otras hierbas y con esa agua se lavaban por la mañana.

Para leer el futuro se debe de echar un huevo en un vaso de agua el 23 de Junio a las 12 de la noche. Al día siguiente, día de San Juan, se habrán formado figuras, con las que los videntes podrán adivinar el futuro de quien lo requiera.

Quintín Ortiz gomero de Chipude - una zona con mucha raigambre nativa - nos cuenta que: "Había rituales en la noche y de día. Por la noche lo hacíamos con la hoguera y [yo] tocaba el bucio con mi padre, que me enseñó. La hoguera la hacíamos solo con un tipo de ramas y siempre en forma circular perfecta. Era siempre de jaras. Y a media noche veía que se frotaba, cuando veía a mi abuela, con agua creo que de ruda, alcohol alcanforado y romero. Encendía guata en un plato con aceite y decía unos recados. Ponía en vasos cinco claras de huevo hasta por la mañana y luego los rompía. Por la mañana antes de salir el sol hacía lo de la palangana. Recuerdo que tempranito las chicas engalanaban la fuente. Recuerdo que a lo largo del día todos íbamos a coger agua a la fuente, al pie del risco de la fortaleza, y admirábamos el engalanamiento. Había hojas de palmas en forma de arco y geranios a los lados. Mi abuela me contó lo del baño en la mar a las 12 de la noche con limón. Como ella no iba a la playa nos lo hacía con una pequeña cruz con ceniza en la espalda con un rezando que recuerdo perfectamente. Ese rezando es de protección y se hacía a los bebés antes de bañarlos. Ese día amasaba el pan con leche. Siempre me llevaba a mi."

Marisol, también originaria de la zona de Chipude agregó "la cruz no era por San Juan solamente... y en el agua nosotros temprano el día 24, mirábamos nuestro reflejo de la cara en el agua de la fuente o en casa, mirábamos dentro de la talla! La imagen nítida era síntoma de que viviríamos hasta el siguiente solsticio."

El fuego representa el nacimiento de San Juan Bautista, algo curioso porque lo que normalmente se suele celebrar el al muerte de los santos. Pero cobra sentido cuando entendemos que lo que se celebra es el comienzo de un nuevo ciclo anual.

En Canarias se encendían hogueras en cada pueblo, en cada barrio. Las hogueras se preparaban durante los días previos con madera, muebles viejos, etc... y eran vigiladas por los chiquillos para que los chiquillos del pueblo de al lado o de otro barrio no vinieran a "robar" la madera.

En Tenerife son famosos los "hachitos" de Icod, una celebración ancestral de los barrios de El Amparo, Las Canales y Playa de San Marcos. Los hachitos son unos candelabros de más de tres metros de altura, con un palo de madera en cuya parte superior se alojan unas latas con unas telas mojadas en gasoil para hacer las antorchas. Las figuras pueden variar y tomar forma de mariposas, cruces, corazones o representaciones de los guanches. En el Amparo el recorrido se hace a ritmo de tajaraste. En el lomo de Las Canales son características las ruedas de fuego.

Hay multitud de rituales en Canarias. La tradición asegura que el fuego del sol sigue iluminando la noche y la magia de su luz es la que envuelve a todas las personas que se acercan a una hoguera para pedir deseos y que algunos incluso los escriben en un papel y luego lo arrojan al fuego. Otros hacen una lista de las cosas negativas que quieren que salgan de su vida y la arrojan al fuego que después saltan. Este último ritual entronca con algunas creencias nativas que también tenían en el ritual de saltar sobre algo una forma de romper los anclajes energéticos con aquello.

La tradición dice que las cenizas de las hogueras de San Juan curan las enfermedades de la piel y que es conveniente saltar la hoguera un mínimo de tres veces para tener un buen año. Las fogatas alejan el mal, por lo que saltar por encima de ellas, danzar a su alrededor y mancharse con su ceniza, son maneras de apartar malos espíritus de nuestro camino y preparar un año de buena suerte. 

Otro ritual que se hacia - y que tiene reminiscencias ancestrales - era coger unas espigas de trigo o cebada, quemarlas, y mientras se echa las cenizas al viento pedir un deseo..., el vuelo de las cenizas en el aire simboliza las emociones. 

Otras costumbres muy extendida es la de darse un baño completamente desnudo sumergiéndote hasta doce veces. Un baño purificador para darnos salud el resto del año. El efecto de este hechizo se puede multiplicar si se salta de espaldas sobre siete olas. Además, si se busca aumentar la fertilidad tienes que saltar dos olas más.

Hay otro ritual de amor y unión que puede ser utilizado tanto por parejas nuevas como para confirmar promesas anteriores. La pareja en la orilla del mar debe situarse de frente y estrechar sus manos por encima del agua diciendo a la vez: "Agua que fluye, da fe a este acto; nuestras manos están unidas; hacemos este pacto".

En algunas islas, la noche de San Juan se celebra colocando ramas de laurel o "loros", como se le conoce vulgarmente. Se colocan en las ventanas y en las puertas para atraer la buena suerte y ahuyentar los malos espíritus.


En la noche de San Juan todo es posible....Es una noche mágica en la que todo puede suceder, y la magia que esconde se guardará durante mucho tiempo...

*Jorge Dorta

Fuente: http://menceymacro.blogspot.com/2018/06/la-noche-de-san-juan-y-la-ancestralidad.html