LLAMAMIENTO PÚBLICO

AL SECTOR INDEPENDENTISTA CANARIO:

 

NECESIDAD DE ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN ECONÓMICA GLOBAL ACTUAL

 

Fructuoso Rodríguez Morales

 

     Ya lo anunció Felipe Gonzáles: “España está en emergencia nacional, ¿Cuándo se darán cuenta los partidos políticos de ello?”.

 

     En octubre del 2008, un tsunami económico recorrió los centros financieros del mundo: la bolsa, el corazón mismo del centro vital del modelo monetarista/capitalista se ha derrumbado, tragándose en su caída el bienestar virtual que el modelo impuesto por el neo-liberalismo había implantado en el mundo occidental como “máxima económica del bienestar”.

 

     Lo primero en saltar fue las hipotecas basuras, o como explicó el profesor navarro el Sr. Leopoldo Abadía: “la crisis Ninja”, acto seguido vino la crisis de la deuda, que es la que estamos viviendo en estos momentos, (sin haber solucionado la crisis “Subprime”, o Ninja), lo que nuestros ojos verán a continuación -estamos viendo ya-, será–es- la desarticulación de los estados.

 

     La cosa no acaba aquí, pese a que la economía global está parada, el precio del barril de petróleo supera los 100$ barril, barrera que todos los estudiosos y analistas coinciden en señalar que es el máximo que el modelo industrial que hemos conocido hasta ahora puede aguantar, superada esa barrera no hay economía industrial que perviva. Los movimientos estertóreos que se producen en la bolsa no es más que el resultado de la guerra monetarista que se está librando dólar/euro, y que dará como triste resultado el enterramiento de ambas monedas, no sin llevarse por delante a la humanidad entera.

 

     Desde mi modesta opinión, ahora mismo se están dando cuatro campos de batalla: zona dólar + Inglaterra, zona euro + Inglaterra, (Inglaterra al no estar dentro del grupo euro está jugando a quedarse arrastrada tanto por la economía dólar como por la dejadez de la zona euro a su suerte), zona asiática y la zona de América Latina, liderada por los países dentro del proceso bolivariano.

 

     Mientras las economías de la zona euro y dólar se contraen, las asiáticas y sudamericanas crecen, sin embargo tenemos que pensar que este crecimiento no será indefinido y llegará el momento que se estancarán, ya que para mantener el crecimiento que necesita el modelo de sociedad industrial que conocemos, es imprescindible que todo el mercado global esté en capacidad de crecer y comprar, por lo tanto se trata de un crecimiento infinito imposible de mantener.

 

     Es por ello que se hace necesario hacer un alto en el camino y analizar el momento en el que nos encontramos y hacia donde vamos, (estoy hablando en clave canaria pero se hace extensible al resto del mundo).

 

     Podemos optar por seguir manteniendo el status quo actual.

 

     ¿Qué probabilidades tiene España de salir de la crisis? Para dar respuesta a esta pregunta se hace imprescindible ir a la premisa básica: ¿A que fue debido esta crisis?, y la siguiente ¿tiene España recursos para salir de la misma?

 

     Para aclarar las causas de la crisis se haría necesario más de tres días para explicarlas con exactitud las causas de la misma, (y nos quedaríamos cortos), pero podríamos simplificarla en la utilización de un sistema económico y social, (el capitalista), que está condenado a colapsar desde sus orígenes. Y evidentemente España no tiene ni petróleo ni materia prima (que es realmente donde está la riqueza de un  pueblo), lo que si tiene es una economía basada en el turismo y el ladrillo. Como la crisis es global  y además el petróleo está por las nubes poco a poco esta industria irá colapsando; queda el ladrillo, pero ya sabemos como está.  Además está el colapso financiero (crisis de la deuda), que está arrastrando la crisis Griega. Y tenemos que Europa no está en mejor situación y lo peor está por venir.

 

     Estados Unidos está al borde del colapso (crisis de deuda) por lo que no podemos esperar que la locomotora que ha arrastrado con la economía global desde el fin de la II Guerra Mundial realice un plan Marshall siglo XXI.

 

     Por otro lado tenemos el proceso bolivariano, que, con todos sus errores y fallos, es, desde mi opinión, la esperanza de los pueblos.

 

     Una alianza Sur/Sur, America Latina y África, zonas donde se encuentra la materia prima que moverá el mundo en los próximos decenios, donde hay petróleo, minerales, agua, tierra fértil, y donde las políticas que se están aplicando se alejan de la economía monetarista del mundo occidental, de las garras rapiñosas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

 

     En la actualidad estamos asistiendo a una transición de un modelo de vida falso, donde pensábamos que todos podríamos viajar en primera, a toparnos con la cruda realidad que “no hay cama para tanta gente”, y tenemos que lidiar con la cruda realidad.

 

     Por ello creo que ante el momento histórico que vivimos se hace imprescindible el sentarse a analizar la crisis en profundidad y no en ir tragando pequeñas dosis según “vayan llegando”, perdiendo así la posibilidad de trazar estrategias posibles de combatir la misma.

 

     Además alcanzar la mayoría de edad de una vez y solicitar el Estado Independiente de Canarias, integrarnos en la Unidad Africana y en el ASA (America de Sur y África).

 

     Salirnos de la órbita dañina del FMI y sus intereses, aplicar una política de economía real basada en la agricultura, pesca, industria artesana y energías limpias o renovables.

 

     El paro en Canarias supera ya el 30%. Esto es una auténtica catástrofe, y lo peor está aún por llegar.

 

     Las políticas que se realizan tanto en Canarias como en el mundo occidental van en dirección contraria a las necesidades de nosotros -el pueblo-, y si a favor de los bancos y del modelo que precisamente nos ha llevado a esta situación de catástrofe. Podemos seguir pendientes del televisor “a ver que noticias trae hoy”, o pasar a la acción de ir convenciéndonos de que si bien una puerta se cierra, necesariamente otra puerta se abre. De nosotros depende el quedarnos a un lado o al otro, y consecuentemente cargar con las consecuencias de una acción u otra.