Monarquía parlamentaria a la española
Pedro González Cánovas
*
Cuando ya se rozan los 40 años de régimen
monárquico en el Estado español, no es de extrañar que lo de "monarquía
parlamentaria" empiece a sonar a plato típico. ¿Se plantean los españoles
cómo se les ve desde fuera? Medio mundo del siglo XXI no entiende eso de
"Rey".
Pero en España, todos los presidentes de
los territorios bajo la administración del Estado español acudieron ayer, a
rendir pleitesía al nuevo Rey. Incluidos los que en su casa se disfrazan de
nacionalistas, como el catalán, vasco y canario.
Los dos primeros no aplaudieron el
discurso del monarca español. Mas, declaró, hablando por Urkullu
y por él mismo que "no comparten la España unida, pero no uniforme"
que plantea el apodado Felipe VI. Que llegó a afirmar "Somos un gran país,
una gran nación" pasando por alto aquello del Estado de nacionalidades del
que se habla en las Cámaras españolas y en su propia Constitución, pareciendo
que se dirigía a la nación imperialista de Felipe II, donde "nunca se
ponía el sol".
Lo peor del asunto, fue la cómica
actuación del "nacionalista" de Canarias, que obviando que representa
a los habitantes de la primera colonia española y la única que queda por
descolonizar, se acercaba al monarca para conseguir tantas fotos como su
ridículo crecía fuera de España y de Canarias. Para más inri,
el susodicho, que da a pensar tiene problemas de audición, recibió lo de la
"la España en la que cabemos todos" como una apertura floreciente que
él traduce como "La diversidad pide articular políticas diferentes para
territorios diferentes", concluyendo en la profunda reflexión que se
desprende de "Canarias necesita herramientas precisas que le permitan ser
menos dependiente".
No es otra la realidad que tenemos en
Canarias: esos son nuestros representantes fuera del Archipiélago. Pleitesía,
sumisión, prostitución del lenguaje, y ese concepto claro de "menos
dependencia" que parece buscar fórmulas nuevas, en total complicidad con
el colonialismo español, para amansar a un Pueblo que cada vez es más
consciente de que nuestro presente y futuro no puede estar en manos de gentes
de tan lejos, que tienen otros intereses.
Para mí, para nosotros, España es un Estado
o una nación, si así lo prefieren los españoles, ultraperiférica. Pero aferrada
al chollo de Canarias, como a un clavo ardiendo, y no por la babosería de Paulino y Oramas,
que ésta última es peor todavía, sino por meros intereses económicos.
De los de la coronación del nuevo rey
español, a los europeos bajo esa corona, les aconsejo que se queden con la
actitud y bien hacer de Amaiur, ERC, BNG, Compromís y Geroa-Bai, cuyos
diputados no asistieron a los actos y son los más serios y coherentes haciendo
política, aunque se pretenda silenciar desde los medios de comunicación
españoles.
De lo de Canarias, Paulino y Oramas, sólo me queda la esperanza de que en su tierra
natal queden cada vez menos como ellos y más como yo. Que no admitimos lo de
"menos dependencia" y afirmamos alto y claro que lo que necesita esta
tierra y las personas que aquí habitamos, se llama Independencia.
* Miembro de Alternativa Nacionalista
Canaria
Otros artículos de Pedro
González Cánovas publicados en El Guanche y
en El Canario