Agua a precio de oro negro
Pedro González Cánovas
Unos índices de paro superiores al 35%. La cesta de la
compra mucho más cara que la media del estado español. El agua encarecida
tremendamente por el coste de vencer nuestra propia orografía. Pero, sin
embargo, Canarias sigue significando un gran negocio para
Madrid.
Mientras que el
Gobierno de Baleares y la Comunitat Valenciana
rechazan abiertamente el gas y el petróleo, argumentando que "el petróleo
y la industria del turismo son incompatibles" según los políticos del PP
que encabezan esos gobiernos, en Canarias el Ministro de Industria del mismo
partido de la derecha española, encuentra incontestable el hecho de que pueda
extraerse petróleo en aguas cercanas al archipiélago.
No se trata sólo de la fragilidad de que la economía
Canaria, con un 80% de la población activa dedicada al sector servicios, con
base en el turismo que recibimos, que se vería gravemente dañada en caso de
desastre ecológico. Si no es que, además, por lo menos dos terceras partes del
agua de consumo del archipiélago la tomamos del mar, a través de desaladoras, y
no estamos en posición de jugar con un bien tan preciado.
En el archipiélago hay actualmente más de 300
desaladoras, que abastecen a Fuerteventura y Lanzarote el 100% del agua de
consumo, tanto en lo referente al consumo humano urbano como al campesino, y en
el total del archipiélago alcanzan el 67%.
El consumo eléctrico de la desalinización es muy alto,
por lo que la previsión original era que éstas cubrieran su consumo a través de
la producción de energías alternativas, en lo que se avanzaba claramente en
Canarias, hasta la "reforma energética" de Soria, que ha gravado a
las alternativas hasta convertirlas en inaceptables, en cuanto a rentabilidad.
En Madrid ahora juegan a controlar el agua, a través
de imprescindibles subvenciones para el mantenimiento de las desaladoras, en lo
que es una práctica colonialista española que controla cada gota de agua de
consumo del archipiélago, al tiempo que se nos niega la soberanía energética
que es de justicia para cualquier territorio.
Mientras, el turismo sigue creciendo año tras año:
aunque eso no se traduzca en creación de empleo, por que los empresarios
sacrificaron la calidad a la explotación que permite la nueva legislación
laboral española. La vida en el archipiélago es cada vez más difícil, más cara,
incluso para la mayoría que conformamos la mano de obra barata que favorecen
las políticas neoliberales y capitalistas del estado colonialista y la
burguesía local.
Y ahora, una nueva amenaza para los consumidores del
agua desalinizada y por ende para los habitantes del archipiélago: la
posibilidad de contaminación de nuestros mares, de la materia prima que
utilizan las desaladoras y del 80% de los puestos de trabajo que quedan en
Canarias. Beberemos petróleo...
Así es la españa de Soria:
así está Canarias. Así se lo contamos.
* Miembro de Alternativa
Nacionalista Canaria
Otros artículos de Pedro
González Cánovas publicados en El Guanche y en El
Canario