EL AGUA EN LA PALMA: LA MISERIA Y LA ABUNDANCIA
[...Tenemos alternativas. Hay ejemplos preciosos de cómo gestionar los recursos, con sentido común y compromiso socioambiental. En La Palma tenemos numerosos ejemplos: Véase la gestión del agua en Barlovento, comunidad que gestiona más de mil pipas/hora, con menos de 5 personas prestando servicios a varios cientos de agricultores, regando más de 200 Has. de plátanos. Y aquí los canaleros no están sovietizados, y si cae un aguacero en cosa de horas cierran las galerías (Cuevitas, Pajaritos, etc.)...]
Cuesta explicar a los vecinos de las otras islas, los problemas hídricos en la única isla que no ha instalado desaladoras, y que creemos que por ahora no son necesarias, ya que esta isla dispone de más del 20% del agua no industrial de Canarias, con solo el 3% de la población, con más de 800 m3/habitante/año, cuando la media en Canarias no alcanza los 250 m3/habitante/año.
Hemos de insistir que el principal problema es humano, ya que en los último años ha entrado en crisis la cultura que creó el emporio palmero, que multiplicó en unos años los alumbramientos, implantando cultivos de regadío en toda la isla, cuando en la década de entre 1940 y 1950 sólo teníamos dos oasis: uno de Argual a Tazacorte y el otro en Los Sauces.
La Palma construyó en unas décadas más de 200 comunidades de galerías y pozos, con algo más de 400 Km perforados, arrastrando vagonetas, en muchos casos sobre “railes” de madera, usando pistoletes y mandarrias. En torno al IRYDA, se creó en La Palma un emporio de agricultores. Así se hicieron sorribas, canales y estanques, como “Valle de los Espejos”, el canal de los Minaderos (Roque del Faro – Las Manchas), el canal de Barlovento a Fuencaliente, el pozo de La Prosperidad, la galería de Tocaderos, etc.
Éramos un pueblo luchando por el futuro, con esfuerzo y compromiso por el progreso, pasando en 30 años de 500 Has. de plátanos a superar las 3.000, del aljibe y la fuente para el 90% de los palmeros al agua corriente en las casas, del burro y las alpargatas a la Transvulcania y los rallys. Valga como referencia que entre los años 1947 y 1967 el IRYDA aportó en La Palma más de 900 millones de pesetas solo para estanques, con más de 4 millones de m3, hoy mucho convertidos en garajes o cuartos de aperos.
La “abundancia” es aliada de la “miseria”. Sin ánimo de polémica, en los últimos años nos hemos empobrecido culturalmente, ya que hemos llamado progreso al abandono del campo, desde el espejismo de la globalización y la sociedad de servicios, vemos el campo como algo del pasado. Asumimos que la tecnología es la “salvadora”, en el caso del agua, las desaladoras son la alternativa, mientras las comunidades de regantes, las comunidades en la gestión de los recursos son ignoradas y marginadas. En el caso de La Palma, la administración pública, que había estado alejada de la búsqueda de agua en galerías y pozos, hace dos galerías y aporta un caudal importante, más de mil pipas hora, y se produce una crisis en la gestión de numerosas comunidades de agua. La política desde la Calle Real entiende que hay agua abundante. Se “sovietiza” parte de la gestión del agua entre el Consejo Insular, la “cultura del despacho”, y las alegrías de nuevos ricos. Cultura de funcionarios para la gestión del agua. Agricultores tocando en las puertas de funcionarios de lunes a viernes de 08:00 a 15:00, para regar o bien para remendar el canal.
Tenemos alternativas. Hay ejemplos preciosos de cómo gestionar los recursos, con sentido común y compromiso socioambiental. En La Palma tenemos numerosos ejemplos: Véase la gestión del agua en Barlovento, comunidad que gestiona más de mil pipas/hora, con menos de 5 personas prestando servicios a varios cientos de agricultores, regando más de 200 Has. de plátanos. Y aquí los canaleros no están sovietizados, y si cae un aguacero en cosa de horas cierran las galerías (Cuevitas, Pajaritos, etc.)
Tenemos otros ejemplos de gestión sin estar pendientes de papá y mamá administración. Lamentamos que la gestión del agua en La Palma no sólo tenga que ver con la sequía física sino también con la sequía cultural. Somos hijos de una generación heroica, “contaminemos” a los niños y jóvenes con una cultura socio ambientalista. No todo son más tornillos y máquinas, La crisis más abundante es hija de la abundancia, no de la sequía.
No se entiende que se arruinen agricultores y suelos, bien por regar con agua salobre o dejando los cultivos de secano. Máxime si reconocemos que tenemos caudales no explotados, tanto en el túnel de trasvase, como en pozos con agua hoy inexplotados. Qué decir de las pérdidas en la red, o de la no reutilización de las aguas urbanas. Mirar para desaladoras en La Palma parece más de propuestas de la Calle Real, como si fueran regalos de Reyes.
wladimirorodiguezbrito.blogspot.com.es
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