René
Acosta *
El
agua de esta bendita y esperada lluvia desperdiciada. Un año más se pierde en
el mar sin que sea aprovechada en
represas, al contrario del como se viene haciendo en las otras islas, sobre todo
en Gran Canaria y en La Gomera que cuentan con numerosas represas en las cuencas
de los barrancos, que les garantiza el suministro de agua para riego y otros
menesteres durante todo el año. Aquí se deja perder en el mar, lo cual
perjudica en gran medida a los agricultores y, por contra, beneficia a los
consabidos caciques, dueños y señores de nacientes y galerías que se
aprovechan con precios abusivos durante el año y particularmente en tiempos de
sequía. Una historia más denunciada por los versadores reunidos en el puente
de las Angustias, mientras tanto los políticos se estaban paseando como si
nada, y los aguamangantes frotándose las manos para hacer su agosto.
A
los políticos no se les ve voluntad de resolver la situación de este tan grave
problema, muy al contrario, parece que su misión es la de favorecer a los
cuatro caciques de siempre en lugar de beneficiar al pueblo. La economía está
por los suelos y no son los caciques los que van a resolverla. Si de ellos
solamente dependiera el mantenimiento de los negocios, de los comercios, en
poco tiempo tendrían que cerrar. Seguramente El Valle se quedaría como un
lugar fantasma sin vida, sin nada... El pueblo es el que sustenta los negocios y
no los caciques. Quien maneje el agua maneja la economía, cosa que no debería
ser así, ni debería permitirse porque el agua es un bien de todøs; no se
pretende de que se regale, pero tampoco que se venda a precios abusivos para que
cuatro espabilados se engorden con la miserias y tristeza de los agricultores,
que si sacamos cuenta, es más cara el agua en La Palma que los barriles de petróleo.
Si
hubiera voluntad de aprovechar el agua ya estaría almacenada.
Incomprensiblemente, La Palma siendo una isla en la que su economía está basa
principalmente en sector agrícola es la isla
que menos balsas de aguas tiene. Sin embargo, sí hacen inversiones en carretera
para empezarlas y dejarlas a medias, con el consabido pretexto de que ‘no llegó
el presupuesto’. A las balsas de los Dos Pinos y la de Las Manchas, les falta
mucha agua porque no les llega la que se está desperdiciando, perdiéndose en
el mar. La balsa de Barlovento cada vez está más llena pero, de forma
misteriosa, aparecen averías, una tras otra, lo que conlleva muchas
inversiones, asunto que, por cierto, sería cuestión de que se investigara. Con
tantos millones de euros destinados a reparar las dichosas averías, quizás
habría dinero para hacer unos embalses y recoger toda esa agua del Río de
Taburiente o Barranco de Las Angustias.
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Por
ejemplo, -es una sugerencia- en la pared del risco de La Caldera -me refiero en
la zona de La Viña-, se podría hacer un túnel como el de la cumbre, hasta la
zona de Argual, donde le llaman El Medio. Decimos una balsa muy grande, pero
escavada en el terreno sin hacer muros compasados; todo con muro firme del
terreno y así no habría peligro por roturas y desbordamientos con la población
de Tazacorte, y toda esa agua se podría almacenar. ¿Cuánto dinero se podrían
ahorrar los agricultores, cuanto bien económico sería para nuestra isla. ¿A
quién no le interesa? No solo los caciques están detrás de esto, porque ellos
solos no lo pueden hacer. Supuestamente, quien esté gobernando quizás tendrá
algo de culpa, ya sea por dejadez o por miedo a dejar el sillón. ¿Vaya usted a
saber?
Yo pienso que el tema es que tenemos políticos, cuanto menos, inexpertos en temas de agua, y quienes les están ‘aconsejando’ son los viejos mandamases de siempre. Y sobre todo deberían de haber unos políticos con unas agallas que den un puñetazo sobre la mesa diciendo ¡YA ESTA BIEN, COÑO! y gobernar como se debe gobernar. Porque si no, esto será la muerte de nuestra isla.
*
Reportero
del periódico digital El
Canario
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