Agua
y energía en tiempos de crisis
Wladimiro
Rodríguez Brito
*
El pasado viernes[06-04-2012] el Consejo de Ministros aprobó la subida de las tarifas
eléctricas entre un cuatro y un siete por ciento; en nuestras Islas usamos gran
cantidad de energía eléctrica para proveernos de algo tan básico como el agua,
lo que va a significar que vamos a ser más pobres en Canarias.
Una gran parte del agua que consumimos debemos obtenerla
desalando agua marina o agua de galerías y pozos con altos niveles de sales, lo
cual es un proceso altamente intensivo en el uso de energía eléctrica. No solo
eso, sino que otra parte muy importante es obtenida de
pozos, con el coste de elevación desde éstos; también obtenemos una parte del
agua de riego a partir de depuradoras. Finalmente, la orografía de las Islas,
con fuertes desniveles abruptos, hace que el bombeo y la distribución requieran
mucha energía, ya que además se suelen encontrar cerca del nivel del mar las
desaladoras, depuradoras y muchos de los pozos. En total las fuentes
anteriormente citadas suponen más del cincuenta por ciento del agua potable y
de riego que usamos en las Islas.
Actualmente se desalan cada año más de ciento cincuenta millones
de metros cúbicos por las casi trescientas desaladoras que hay en Canarias.
Obtenemos de los pozos algo más de cien millones de metros cúbicos; además
reutilizamos treinta y cinco millones de metros cúbicos de aguas depuradas. La
energía eléctrica para la elevación para riego supone aproximadamente entre
tres y cinco kilovatios hora por metro cúbico.
El aumento en el precio de la electricidad va a ser repercutido
directamente sobre los consumidores, tanto sobre la población como sobre las
empresas de todos lo sectores, incluyendo por supuesto la agricultura.
De lo anterior se puede estimar que el aumento de entre un
cuatro y un siete por ciento de la electricidad va a suponer un aumento directo
de entre cuatro y seis céntimos de euro por metro cúbico. Aunque la cifra
pudiera parecer pequeña, los doscientos ochenta y cinco millones de metros
cúbicos antes citados van a suponer por la subida aprobada por el Gobierno
central entre once y diecisiete millones de euros de incremento para las Islas.
Actualmente, Canarias es la tercera comunidad con el agua más
cara, sólo por detrás de Baleares y Murcia. Es de prever que incluso
adelantemos a Murcia en esta triste clasificación, ya que los planes del
Gobierno central de retomar los trasvases le favorecen. La condición insular,
así como la alta densidad de población, hace que los casos canario y balear se
parezcan, pero la subida eléctrica es especialmente grave en Canarias por tener
una geografía más montañosas.
Debido al incremento de los costes de bombeo desde pozos o
depuradoras, la agricultura va a verse especialmente afectada, sea en islas
como la Palma, con sus grandes desniveles, o en el sur de Tenerife o Gran
Canaria por los incrementos del precio del agua desalada. Actualmente cuando se
combina la desalación con la elevación para regadíos, el coste ya alcanza
ochenta céntimos de euro cada metro cúbico, y va a seguir aumentando.
Debemos aclarar que existen tecnologías que permitirían el
aprovechamiento de energías alternativas para la desalación que evitarían esta
dependencia de la factura eléctrica; en Canarias existe un gran potencial para
el uso de energía eólica, que se combina de manera ideal con la desalación. El
Gobierno central ha dejado el desarrollo de energías alternativas en el
congelador, ya que el ministerio de Industria ha parado en seco cualquier tipo
de ayuda para este tipo de instalaciones. Esto también va a suponer mantener
nuestra dependencia del petróleo, cuyo precio va a seguir aumentando a escala
mundial.
Por otra parte, la liberación de los aranceles de las bananas y
los tomates extracomunitarios agrava aún más la situación a nuestros
agricultores. Un sector que puede generar puestos de trabajo, mantenimiento del
paisaje insular, y evitar la dependencia autoabasteciendo a las Islas, sufre
aún mayores impactos con el aumento de la factura de la luz; medida que se aplica
indiscriminadamente, tanto para el regadío como para el llenado de piscinas.
El aumento de las tarifas eléctricas por igual en todo el país
discrimina a aquellas zonas que tienen mayor dependencia de la energía
eléctrica, como es el caso de Canarias. Va a suponer un aumento de los precios
en general, pero en especial de algo tan básico como el agua. Se debe proteger
a los sectores productivos más vulnerables, para que la crisis y los recortes
que se están llevando a cabo no terminen de arruinarnos. La agricultura y la
ganadería deben ser parte de nuestro presente y futuro, no solamente de nuestro
pasado.
*
Profesor de Geografía en la Universidad de La Laguna
Artículos de Wladimiro
Rodríguez Brito publicados en El Canario y en El Guanche