[Los informes de la FAO
recomiendan que la cobertura alimentaria de los pueblos situados en situaciones
aisladas, como la nuestra, supere el 30%. Aquí no cubrimos ni el 10% y, sin
embargo, un grupo de empresarios nos dice que el campo está bien atendido y que
todo lo demás es alarmismo… Toda
la agricultura en los países ricos recibe ayudas, tanto en Japón como en
EE.UU. o en la UE, donde se estima que la PAC aporta más del 30% de los
ingresos de los agricultores y ganaderos… La ganadería tiene un papel
fundamental, retirando el combustible de nuestros campos, algo básico en la
prevención de incendios y en la recuperación de la población en numerosos
puntos del medio rural.]
Estos
días ha habido un debate en los medios sobre el actual modelo económico que ha
puesto el campo canario en la peor crisis de su historia: existe un peligroso
desfase entre la producción y la demanda local de alimentos. En las Islas
vivimos cincuenta personas por cada hectárea cultivada. En la década de los años
cincuenta, cuando emigraron uno de cada cinco canarios hacia Venezuela, vivíamos
seis canarios por cada hectárea cultivada; en la superpoblada China, por cada
hectárea cultivada hay menos de 10 chinos. Los informes de la FAO recomiendan
que la cobertura alimentaria de los pueblos situados en situaciones aisladas,
como la nuestra, supere el 30%. Aquí no cubrimos ni el 10% y, sin embargo, un
grupo de empresarios nos dice que el campo está bien atendido y que todo lo demás
es alarmismo. Otro informe realizado por la Consejería de Hacienda anterior
(Informe Tomillo), se pronunció en el mismo sentido; las recientes propuestas
desde el Gobierno canario sobre el régimen específico de abastecimiento son un
paso, pero se quedan cortas. El modelo económico dominante estos últimos años
se ha centrado en la construcción y los servicios, argumentado que sobraban
alimentos y que el campo era cosa del pasado. Este modelo ha empapado la
cultura, en la escuela y la familia; todos nos daban lecciones sobre la no
rentabilidad del campo; lo mejor era comprar alimentos importados no solo para
las personas, perros y gatos sino incluso para las gallinas. Por ejemplo, ser un
deportista sobre una tabla de surf da prestigio, darse leñazos cogiendo olas es
modernidad, es futuro; sin embargo, sembrar un saco de papas para la familia es
antieconómico, si las podemos comprar a cinco euros los 25 kilos. Papas
anzuelo, papas reclamo, ¿hay algún lugar en el mundo que pueda producir papas
para venderlas a 0,20 euros el kilo? En algunos casos se han importado
excedentes del mercado mundial, o lo que llaman dumping, como ha ocurrido con
partidas de leche llamada negra, o las papas de Malta, ¿como puede Malta
exportar papas? Hemos inculcado a nuestros jóvenes desde la escuela, los medios
de comunicación y en la familia, que el campo es un atraso vergonzoso, que la
agricultura no tiene futuro. Los alimentos no los asociamos a la tierra, el
sudor y el esfuerzo son cosa de cuando éramos pobres. Los señores del REA no
tienen razón, el campo no está bien atendido. A el campo y a los campesinos
apenas los han dejado opinar, salvando casos excepcionales como Pedro Molina en
las reuniones del REA. Esperemos que la postura que ha tomado ahora un amplio
colectivo, junto con los sindicatos agrarios sea una nueva esperanza, un nuevo
camino en el que las importaciones han de ser complementarias; los alimentos
deben ser de interés social, pero también los hombres y mujeres de esta
tierra.
La
crisis ha demostrado que el modelo vigente no funciona: en 30 años hemos pasado
de un campo que lo cuidaban el 30% de nuestra población, generando más de un
20% del PIB a una situación testimonial, en la que apenas tenemos agricultores
ni jóvenes con conocimiento y voluntad de mirar para el campo aunque necesiten
con urgencia una alternativa. Lo peor no es lo poco que producimos sino que no
hay un debate en la sociedad sobre cómo alimentarnos y buscar solución al
problema de la dependencia alimentaria. ¿Cómo se puede explicar que en un par
de años hemos pasado de importar 36 millones de kilos de vacuno en Canarias a
solo 24 el año 2012? Se consumen seis kilos menos por habitante y año por
efecto de la crisis. Sin embargo, no hay respuesta incrementando la cabaña
ganadera sino todo lo contrario, continuamos perdiendo efectivos, lo que se
incrementa es el paro y las tierras balutas. ¿Por qué importamos carne
equivalente a más de 120.000 vacas y sacrificamos aquí menos de 8.000? Toda la
agricultura en los países ricos recibe ayudas, tanto en Japón como en EE.UU. o
en la UE, donde se estima que la PAC aporta más del 30% de los ingresos de los
agricultores y ganaderos.
Hay
que entrar en una política agraria con mayúsculas, que potencie las
estructuras agrarias y optimice todos nuestros recursos; por ejemplo, en el caso
de las papas podemos autoabastecernos con los suelos que tenemos. Sin embargo
las importaciones anzuelo o de producto reclamo, unido a la crisis de valores
hacia el campo nos ha dejado en menos de la tercera parte de lo cultivado hace
treinta años. Han aumentado las tierras balutas en más de
Foto:
Reportero René Acosta
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DOCTOR
EN GEOGRAFÍA
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