Jorge
Ancor Dorta *
El amigo Guillermo García Reina, en su recomendable y ácido blog Bioironia,
habla de la CICER en un
post
muy bonito y entrañable sobre esa parte de la playa que muchos llevamos en el
recuerdo. Muchos aprendimos a hacer surf cogiendo "cerrojos" en la
costa que va del muro de la CICER a los muellitos y al Lloret.
Guillermo
tuvo un momento de "revelación" cuando se enteró, gracias a mi artículo, que
la CICER significa "Compañía Insular Colonial de Electricidad y
Riego". Yo descubrí gracias a él que la compañía todavía existe y
tiene su sede en la aristocrática calle
Serrano -en
el barrio de Salamanca en Madrid- cerca de donde tienen su vivienda los príncipes
del Reino de España. (que así se denomina oficialmente este Estado por si no lo sabían).
Pero
le tengo otra sorpresa entrañable al amigo Guillermo -y a todos los
canarios curiosos de su historia- y es un cartel de las sucursales en África
del Banco Exterior de España. Insisto, no hablo del Banco de España, sino
del Banco Exterior de España. Fíjate bien en el cartel.
Sucursales
en África del Banco Exterior de España; Sta
Cruz de Tenerife, Las Palmas, Sidi
Ifni, Santa
Isabel de Fernando Poo, Bata
y Kogo.
Ahora resulta que no solo somos colonia sino que también somos africanos como
decía Antonio Cubillo. Fíjate tu por donde. Tan sencillo como mirar un mapa...
No
creo que los casi 5 millones de sudafricanos blancos descendientes de alemanes,
holandeses y británicos renieguen de su cultura ni de su identidad por
considerarse "afrikaners".
Tampoco creo que los imazighen (bereberes) blancos del Norte de África
necesiten considerarse europeos a pesar de estar muchísimo más cerca de Europa
de lo que lo estás tú.
No hay nada de malo en ser africano, es tan solo una
realidad. Lo malo son solo los prejuicios y tópicos que tienes en la imagen de
África en tu cabeza. Lo malo son las connotaciones negativas que TÚ le das al término en TÚ
mente.
Tu
cerebro literalmente construye una "imagen" de lo que hay fuera en
base a la memoria genética y a aquello que captan las sentidos. Lo que puedes
oler, tocar, sentir o ver no son mas que impulsos electroquímicos interpretados
por tu cerebro.
Se
puede alterar la "imagen" de algo que construyes en tu cerebro a nivel
cognitivo manipulando los significados y los conceptos. Esa técnica se llama
"transferencia de significado".
Alterando
ligeramente el significado de una palabra te "sugiero" unas
connotaciones distintas ayudándote a crear la "imagen" en tu cabeza
que a mi me interesa y que tú solito construyes para reconciliar significado y
realidad. Llamar a algo de otra forma puede tener connotaciones distintas. Así
un barrendero pasa a ser un ingeniero técnico de saneamiento urbano. ¿Ves
la diferencia?
Pues por la misma regla de tres un africano colonizado pasa a ser un europeo
ultraperiférico...
Lo bueno de tiempos pretéritos es que se llamaba a las cosas por su nombre, sin
tapujos. Ahora se tuerce y se retuerce el significado y la definición de las
cosas para ocultar la verdad.
Fuente:
menceymacro.blogspot.com
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