Acoso
a una ciudadana de Puntallana
René Acosta
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En
Puntallana, una señora, con nombre doña Nieve, viene cada vez que puede de
vacaciones a su pueblo natal, porque ella es de aquí de La Palma, casada
en Puntallana pero que, por motivos de trabajo, se han marchado a La Orotava,
Tenerife.
En uno de
sus viajes a su tierra natal de Puntallana, esta vez por Semana Santa, aporcó
unos minutos su coche para sacar su equipaje en un aparcamiento de minusválido
que está junto a la entrada de su casa. Una vez sacado su equipaje retiró su
coche aparcándolo en un aparcamiento próximo. Una media hora más tarde llegó
la policía local poniéndole una denuncia por mal aparcamiento, precisamente
cuando el coche estaba ya correctamente aparcado en un aparcamiento público. Es
decir, la policía local denunció al coche de la citada Doña Nieves fuera de
tiempo y lugar, llevándose por el aviso de algún vecino malintencionado. Doña
Nieves, con todo su derecho, preguntó a los policías el por qué de la multa
y, en su caso, quién había sido le persona denunciante, de lo cual en
ningún momento se le dio razón. No obstante, Doña Nieves se personó en el
Ayuntamiento y pagó la multa, a la cual piensa, desde luego, recurrir.
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Escalera
de la vivienda de Doña Nieves. Lavadora usada arrojada junto al contenedor.
Fachada del Ayuntamiento
Las
desventuras de Doña Nieves con la Policía Local de Puntallana no terminaron ahí.
Doña Nieves vino con su familia el viernes 30 de marzo para disfrutar
toda la Semana Santa, y hete aquí que al día siguiente, sábado 31 de marzo,
amaneció una lavadora vieja junto al contenedor de basura que se encuentra
cerca de su casa y frente a la iglesia de Puntallana. Esta lavadora estuvo toda
la semana allí y nadie la retiró. Y el viernes, día 6 de abril, a las 19:30
h. aproximadamente, la policía llama a Doña Nieve para decirle que
retirara dicha lavadora, a lo que ella contestó que ella no había tirado
lavadora alguna, por lo que no tiene porque retirar algo que no puso, lo
cual, además, resulta imposible porque ella no puede cargar, ni a hombros ni de
ninguna otra manera, una lavadora de grandes dimensiones, bajarla por la
escalera (sin ascensor) y luego trasladarla hasta el contenedor. La policía
local le vuelve a decir con voz más alta que la retirara y que tenían fotos de
como ella la llevaba a hombros, por lo que doña Nieves le exige a la policía
le muestren la foto en cuestión, pero la policía, de forma desconsiderada y
delante de la gente que estaban en la procesión, le dijo que ellos no tenían
que mostrar foto alguna, y que recogiera la lavadora y la llevara al punto
limpio, porque si no le iban a poner una multa, ante lo cual, Doña Nieves les
dijo que subieran a su casa para demostrarles que ella tiene allí su lavadora
propia, con varios años de uso, y la policía le vuelve a contestar de forma
agresiva que no tenían que subir a ver nada. Doña Nieves volvió a reclamarles
que le mostraran la prueba de la foto, y la policía se negó y con amenazas de
multarla. Como ella estaba segura de lo que estaba diciendo, y al verse acosada
por dos policías culpándola de un delito que no había cometido, ella les dijo
que les iba a denunciar por acoso y abuso de poder.
Doña
Nieves, llorando de impotencia, se encontraba con miedo de salir a botar la
basura. Ella es una ciudadana que paga su impuesto de la vivienda, agua, luz,
basura y coche.
Al ver
estos abusos, su marido, que se encuentra ausente en La Orotava, decide darse de
baja del municipio de Punta Llana y se dará de alta en el municipio de la
Orotava, porque su marido también se encuentra muy afectado por el trato
que a su mujer le hicieron.
El lunes día
9 de abril más o menos a las 10 de la mañana, este reportero se desplazó
al ayuntamiento de Puntallana, y preguntó por el concejal de seguridad, que me
recibió muy atentamente. Le expliqué los hechos, tal como los afectados me habían
informado, y me aseguró que de la
multa si tenía constancia, y que ellos le están pidiendo a la policía que
cuando se multe a un coche mal aparcado, que la multa venga acompañada de una
foto para evitar problemas, y también me aseguró que iba a informase con la
policía de este suceso, y que no le gustaría que esta familia dejase de
residir en Puntallana por malos entendidos. También me dijo que en dos días me
pasaría información, pero a mi no me ha llegado nada, ni a mi dirección
postal ni al teléfono que les facilité.
La conclusión
que se puede sacar de este asunto es que la policía debería estar al servicio
del ciudadano, tratándolo de forma correcta y no innecesariamente de forma
autoritaria y sin dar explicaciones. Por pura lógica, no se debería sancionar
a un vehículo por informaciones ajenas y sin que la policía las pueda
verificar por sí misma, y más aún cuando el vehículo al personarse la policía
está fuera del lugar del estacionamiento que motiva la sanción. Por otra
parte, es difícil concebir que una señora pueda cargar a hombros una lavadora,
bajarla por la escalera de su casa y mucho menos desplazarla, aunque solo fuera
unos metros. Asimismo está fuera de lugar que la policía se dedique a
fotografiar a los ciudadanos, supuestamente infractores, o a aceptar fotografías
de los vecinos supuestamente denunciantes.
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Reportero de El
Canario
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