EL INDEPENDENTISMO CANARIO:
ENTRE LA ABSTENCIÓN Y EL VOTO
Rafael Delgado Perera
Desde
que se implantara en nuestra Nación Canaria, al igual que en el resto del
Estado español, esta peculiar democracia española, heredera directa del
franquismo, el tema de la abstención tuvo y sigue teniendo sectores dentro del
campo independentista que la apoyan y otros que han optado por concurrir a
cuantas elecciones han convocado la metrópolis, con argumento de lo más
variopinto: desde los que opinaban y opinan
que es una forma de obtener parcelas de poder, dar a conocer a nuestro
pueblo propuestas independentistas, incluidas siglas,
y la falacia más que demostrada que la abstención propicia el
reforzamiento de la derecha española en nuestra patria, llámese en la primera
etapa la UCD, Alianza Popular (hoy PP), el Partido Socialista Obrero Español
(PSOE), Agrupaciones Independientes de Canarias (hoy CC), etc. etc..
Este
debate, que tuvo en los primeros tiempo cierta importancia, unos que se oponían
a legitimar las elecciones impuestas por la metrópolis, para hacer extensivo el
derecho común español en esta colonia, y otros que como decimos, mostraron su
disposición a concurrir a las mismas y que lo siguen haciendo, con la creencia
firme y la falsa posibilidad, que las ideas y los mensajes del independentismo
en un contexto totalmente adverso, pudieran llegar o llegaran a concienciar a
amplios o a todos los sectores de la sociedad canaria, de la imperiosa necesidad
de la libertad de nuestra Patria en un contexto, que al igual que hoy o quizás
hoy aún peor, escasamente proclive, después de más de 500 años de
colonialismo, a emprender la vía de la liberación nacional, teniendo en cuenta
que la emisión de tales mensajes solamente sólo cuenta con 15 días de
propaganda cada cuatro años, encima
restringida, cuando no boicoteada, por los diferentes medios de comunicación.
No
es menos cierto, que muchos independentistas, otros siguieron optando por la
abstención, apoyamos con nuestro voto, más por cercanía ideológica y
personal, a las opciones de Pueblo Canario Unido (aún sin legalizar) en las
primeras elecciones (1977), y posteriormente a Unión del Pueblo Canario (1979),
en unos momentos históricos concretos, dado la movilización y el nivel de
concienciación que se estaba alcanzando, lo que se llamó el nacionalismo
emergente.
Éramos
consciente que si bien Pueblo Canario Unido en su programa electoral recogía el
reconocimiento de la Soberanía para
el Pueblo Canario, la formación de un Gobierno Provisional Canario que
convocase una Asamblea Constituyente, así como sus competencias, etc., Unión
del Pueblo Canario en su programa,
aquellas propuestas fueron bastantes diluidas, por el conglomerado de sectores
diverso que los componía, y en su programa sólo incluía el Derecho de
Autodeterminación, relegado al punto 14 de su programa electoral. No obstante
ello, el triunfo conseguido siendo histórico, las diferentes corriente ideológicas
insertas en el mismo y la feroz campaña desplegada por todos los medios de
comunicación españoles en esta colonia, dieron al traste con aquel proyecto,
marcando un antes y un después en la historia de las elecciones en estas
tierras coloniales.
Siguiendo
por este recorrido entre el abstencionismo y el concurrir a votar, hay que
recordar que entre la etapa de Pueblo Canario Unido (aún sin legalizar a pesar
de ser la tercera fuerza política en la Provincia de Las Palmas) y Unión del
Pueblo Canario, tuvo lugar el referéndum por la constitución española que
tuvo lugar el 6 de diciembre de 1978,
donde intervinieron diversos partidos, aparte de los independentistas,
de la izquierda autodeterminista que propusieron la abstención, como el
Sindicato Obrero Canario, Partido Socialista de Canarias, Pueblo Canario Unido y
el Partido de Unificación Comunista de Canarias (PUCC), que formaron el
“Frente Canario Abstencionista”, entre
las razones que esgrimían, en uno de sus puntos, era “Porque
no ir a votar es mostrar nuestra voluntad de lucha por la libertad del Pueblo
Canario, es luchar por nuestro derecho a la autodeterminación, por conquistar
nuestra capacidad para resolver los problemas de Canarias en Canarias, por y
para los Canarios”.
Efectuado
el referéndum, los resultados del mismo, en las dos provincias canarias fueron
los que se detallan a continuación:
Juntas Provinciales |
Electores |
Votantes |
Votos en pro |
Votos en contra |
Papeletas en blanco |
Papeletas nulas |
Palmas
(Las)
|
419.651
|
293.344
|
266.583
|
13.809
|
11.507
|
1.445 |
S.
C. Tenerife
|
460.312
|
260.166
|
242.085
|
10.365 |
6.073
|
1.643 |
La
abstención como resultado del mismo fue en la provincia de Las Palmas de un
30,05% (126.307 personas) y en la de la provincia de Santa Cruz de Tenerife de
un 40,49% (200.146 personas), teniendo que destacar un 10% más de abstención
en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, dando un promedio para toda Canarias
de un 35,27%. El triunfo de la corriente pro española es constatable, aunque no
es menos cierto que las condiciones políticas del momento, después de 36 años
de la dictadura franquista, no eran las propicias, por intervenir diversos
factores políticos que condicionaron la opinión pública canaria, sujeta al
igual que ahora, a las informaciones y dirigencias de los españoles.
La
historia del Frente Abstencionista Canario quedó circunscrita a aquel momento
histórico, pues desapareció Pueblo Canario Unido, parte de cuyos dirigentes
formaron parte de Unión del Pueblo Canario y otros denunciaron el carácter
reformista de esta formación, el Partido Socialista de Canarias cuya cabeza más
visible fue Manuel Bermejo, partido que después de una batalla legal por su
denominación con el Psoe, paulatinamente desaparecería del escenario político,
el Sindicato Obrero Canario sufriría una escisión y el Partido de Unificación
Comunista se uniría al Mirac, y también seguiría el camino de su desaparición
o disolución.
En
el año 1986 se fundaría el Frepic Awañak que se vería sujeto a la dicotomía
entre Participación/Abstención y se vería envuelto en tensiones propiciadas
por un sector de la militancia, mayormente
en Gran Canaria, que formaba parte de la Plataforma Unitaria Anticolonial (PUA),
creada formalmente el 15 de abril de 1989,que proclamaba que su espacio no era
el electoral y por lo tanto se oponía a las mismas, aduciendo que para
concurrir a las elecciones habría que contar con dos factores primordiales: El
humano y el económico, aparte veían que las instituciones no eran instrumentos
validos de transformación de la realidad colonial, así como el concurrir a las
elecciones llevarían a un fracaso y el desánimo de la militancia y de su
espacio electoral.
Por
aquellos años y hasta principio de los 90 la PUA jugó un papel importante, por
su activismo, en la concienciación de amplios sectores populares con temas como
la oposición a las centrales eléctricas de carbón que se intentaban instalar
en el sur de Gran Canaria o como su campaña de rechazo a la integración de
Canarias en la Comunidad Europea, de la forma en que la burguesía colonial
estaba proponiendo, que dejaba desguarnecida a las producciones interiores,
creando una Coordinadora Pro-Referéndum C.E.E., a la que España, ni la burguesía
colonial canaria, estaba dispuestos a realizar, dada la experiencia con el NO a
la OTAN de Canarias del 12 de marzo de 1986. Al no realizar España el Referéndum,
la Plataforma Unitaria Anticolonial continuó con su campaña, promoviendo el no
votar a las elecciones europeas del 15 de junio de 1989.
El
Frepic Awañac por su parte, y a pesar de la sangría que supuso el abandono de
una parte importante de su militancia por sus planteamientos de un
abstencionismo anticolonial, concurrieron a las elecciones de 1987, 1991 y 1996,
con unos resultados, previsibles, que fueron un fracaso. Por otra parte hay que
decir que también cuando se presentaron a las elecciones el CNC , Siete
Estrellas Verdes, etc. no han contado con el favor del electorado, debido
mayormente a que sus propuestas son acalladas por todos los medios, para evitar
que las mismas llegasen a los ciudadanos canarios.
El
abstencionismo canario desde 1977 al 2004 se ha cifrado en una media del 32,73%,
por encima de la española de un 6,7%, porcentaje que se ha atribuido a causas
meramente políticas, en contra de lo que sustenta algunos analistas, de que se
trata de una abstención pasiva, motivada, o bien de que el canario elige la
playa o que pasa simplemente de los partidos políticos y de sus llamadas a la
participación.
Diversos
análisis que se han realizado sobre la abstención en nuestra tierra, se ha
estimado que la abstención anticolonial oscila entre un 7 y un 10%, es decir
una horquilla de abstencionistas anticolonial, a la baja, de entre
Hay
que tener en cuenta que el llamado Parlamento de Canarias o más bien Parlamento
Colonial de Canarias, blindó en dos ocasiones su estructura funcional, una
subiendo los topes electorales mediante la Ley Orgánica 4/1996 de 30 de
diciembre del 3 al 6% a nivel
regional y del 20 al 30% a nivel insular, conculcando el pluralismo político y
con la excusa de que el Parlamento corría el riesgo de ser ingobernable, y
cuando el 18 de abril de 1990 rechazó por amplia mayoría el Derecho de
Autodeterminación, para cerrar el paso a propuestas de esta índole.
Teniendo
en cuenta la situación de emergencia social y económica en la que se encuentra
Canarias, con un sistema político
agotado, y comoquiera que se van a presentar dos o tres partidos
independentistas por separados, motivo aún mayor para abstenerse.
.El
Estado Español y sus sirvientes en esta colonia, siempre buscarán por todos
los medios que el ciudadano vote, así demostrará que el sistema funciona y que
la democracia existe, de ahí que la mayoría de los partidos políticos que
participan en los procesos electorales en esta colonia son intermediarios válidos
y los que se autocalifican como independentistas, avalan con su participación
la españolidad de Canarias legitimando las mismas, y los que proponemos una
abstención activa y anticolonial, no hemos estado dispuesto, y no seguimos
estando, a entregar Nuestro Propio Poder, a unos partidos que han demostrado su
incapacidad para que Canarias cuente con unas estructuras propias, políticas y
jurídicas en un país independiente.