En
homenaje al héroe Chimenchia-Tinguaro
y
a quienes, como él, dieron generosamente su vida
en
defensa de nuestra matria
“Un
año más nos congregamos en esta Montaña de
de Sejeita para tributar homenaje a quienes, haciendo gala de la grandeza
espiritual que desde los inicios de los tiempos ha estado dotada nuestra etnia,
supieron dar generosamente en defensa de nuestra matria, el bien mas preciado de
cualquier ser humano, la vida.
Al
pie de esta montaña, al amanecer de un 14 de noviembre de 1495, los tabores
guanches se enfrenaron una vez más a las hordas invasoras españolas
capitaneadas por el traficante de esclavos y masacrador de pueblos Alonso de
Lugo, la batalla duró hasta bien entrada la tarde, y a pesar de que nuestros
katuten eran verdaderos cadáveres andantes debido a que eran victimas de la
epidemia conocida como modorra, la cual se produjo por el envenenamiento por
parte de los invasores de las fuentes y manantiales, en una inhumana táctica de
guerra bacteriológica, nuestros ancestros estuvieron a punto de causar otra
estrepitosa derrota a los mercenarios extranjero, suerte de la que se libraron
gracias a la ayuda prestada por el traidor y converso Thenesor Semidan,
cristianizado como Fernando Guanarteme.
En
esta memorable batalla, entre otros cientos de nuestros ancestros ofrecieron sus
vidas en aras de la libertad de nuestra matria, los más grande caudillos de
entre los grandes, el gran Kebehi Benchomo y su inseparable hermano el Sigoñe
Chimenchia-Tinguaro, los cuales una vez heroicamente caídos en la lucha, sus
cuerpos fueron ultrajados de tal manera por los inhumanos cristianos, y hasta
tal punto se ensañaron con sus cadáveres, que ni siquiera los katuten guanches
pudieron distinguir que cuerpo era del uno o del otro.
A
ellos y a cuantos después de ellos han ofrendado sus vidas por la libertad de
nuestra matria, rendimos en estos momentos sencillo pero profundo homenaje
personificado en las figuras de dos de nuestros hermanos los que recientemente
sus Espíritus Libres han emprendido viaje al Seno de Magek.
Ellos
son Tanausú y Bentahare, cuyos espíritus vitales a no dudar, están en estos
momentos compartiendo este acto con nosotros, y en honor de los cuales una vez
concluidas esta breve intervención, haremos sonar nuestra flauta, chacáras
bucios y tambores, en la seguridad de que bailarán con nosotros al ritmo de
nuestra música ancestral.
Permítasenos
recordar que, la riqueza
religiosa y espiritual del pueblo guanche y por ende de gran parte del
pueblo canario actual, está modelada por milenios de práctica en torno a los
designios de nuestra Diosa-Madre,
Chaxiraxi y sus divinidades paredros. La estricta observancia que de los
postulados religiosos y morales hacía la sociedad guanche, quedó recogida por
algunos autores los cuales no dudaron en calificarla como una raza de valientes
y pacíficos pastores, de costumbres moderadas y puras, modelo de honradez,
lealtad, pundonor, moderación y formalidad, trabajadores compasivos,
y extremadamente respetuosos con las mujeres y
ancianos, y sumamente
hospitalarios.
Estas
virtudes son reales, no son un producto literario, pues las mismas forman del
sustrato ético y moral de la población Canaria actual, a pesar de la avalancha
de “cultura” globalizadora que en estos últimos tiempos nos invade con una
virulencia mucho más activa que, aquella que sufrimos hace más de quinientos años,
y que lamentablemente, aún continuamos sufriendo y soportando, quizás como
justo castigo y penitencia por haber permitido el que unas hordas extranjeras
nos arrebataran el sagrado culto a nuestras Divinidades ancestrales.
Es
por ello que debemos orientar nuestros espíritus, hacía
el encuentro con los de
nuestros antepasados, para que en estrecha comunión con ellos, hagamos aflorar
el cúmulo de virtudes que nos han trasmitido, que están latentes en nuestro
ser, y que nosotros hemos mantenido
en parte oculto, por el temor que han incrustado en nuestras conciencias, las
practicas represoras de una religión deshumanizada, absolutista y, básicamente
amoral, que nos ha sido impuesta con la fuerza de las armas.
Los espíritus, son entes
libres o vitales de los antepasados, que desempeñan un papel importante entre
los poderes del más allá junto a otros espíritus y seres paredros que forman
la Corte de la Gran Diosa-Madre-Chaxiraxi, Magek-Tanit-Tara-Diosa
Celeste-Moneiba, Abora, que por estos y otros miles de nombre es conocida de la
humanidad.
Puesto que la autoridad aumenta
con la edad, cuando más edad se tiene más perfección se alcanza y por
consiguiente más puro es el espíritu, Así, pues los antepasados desde los más
antiguos fundadores del pueblo guanche-mazigio, disfrutan ante la Diosa Madre
Chaxiraxi del rango más alto, por encima del más viejo de sus descendientes,
aunque por debajo de los dioses, los cuales a su vez están por debajo de la
Diosa Superior y Creadora, como la más poderosa de todos. Los espíritus, al
igual que los ancianos con vida, aconsejan a los suyos, en sueños, se preocupan
de que sigamos buen camino, nos brindan la fertilidad de nuestros animales,
vigilan nuestros campos y nos guían en nuestras profesiones y empleos. Y sobre
todo, vigilan que nos mantengamos fieles dentro del orden trasmitido de generación
en generación.
Los espíritus de nuestros
antepasados, están íntimamente ligados a sus descendientes más próximos, al
entorno donde ellos moraron en vida, y al grupo
donde desenvolvieron su actividad cotidiana. Se preocupan especialmente
por proteger a los suyos, siempre que estos se comporten de forma adecuada y les
rindamos correctamente los rituales, tal como hemos expuesto más arriba, así
nos veremos protegidos del peligro y de los estímulos negativos. Los hombres jóvenes
para adquirir su espíritu protector personal, deben mantener una búsqueda que
en ocasiones puede ser larga, y nada fácil debido a los impulsos propios de la
edad, pero esta búsqueda puede ser mucho más fácil si pone en ello verdadero
empeño, observando una vida honesta y haciéndose aconsejar de personas
mayores, entendidas y de buena vida.
También debemos cuidar a los
espíritus protectores de cada región, ellos cuidan y protegen a los ganados,
los campos, los montes y las aguas y el aire, las actividades profesionales y
los lugares de trabajo. Estos espíritus han pasado por diversas etapas de
perfeccionamiento y
Este
aspecto secreto del culto, mantenido durante cientos de generaciones ha venido
hurtando a la curiosidad del investigador y del interesado muchos de los
pormenores del culto guanche a los espíritus, así, en este estado de la cuestión,
no es de extrañar que algún investigador haciendo uso de su profundo
academicismo, diga con razón: “Resulta difícil comprender de las fuentes
escritas qué idea tuvieron los
guanches acerca del espíritu de sus muertos, a donde iban en que lugar residían
y, en general toda, todo lo relativo a su concepción sobre este aspecto siempre
difícil de explicación para el comunicante, así como para quien recibe la
información.”
La
negativa sostenida por nuestros antepasados a mostrar los fundamentos de nuestra
ancestral cultura y religión ante los invasores europeos, a la vista de las
profanaciones de que eran objeto nuestro panteón
por parte de los mismos, quedó recogida en un documento de súplica que los
invasores y colonos remitieron a la corte de la metrópoli del cual extraemos
los siguientes párrafos: […] y demás
desto muchos esclavos guanches que se huen andan alçados cinco o seis años
entre los libres, porque como todos son de una nación y biven en los canpos e
sierras acójense y encúbrense unos a otros y esto házenlo tan sagazmente, de
más de ser la tierra aparejada para ello, segund los barrancos e malezas e
cuevas y asperujas que no se puede saver sino por presunciones.
Especialmente
por que es jente que aunque unos a otros se quieran mal encúbrense tanto e guárdanse
los secretos que antes morirán que descobrirse y tienlo esto por honra y este
estilo tenían antes que la dicha isla se ganase y todavía se les a quedado,
pues saverlo dellos por tormentos es inposible aunque los hagan pedaços, por
que jamás por tormento declaran verdad y por ser de esta condición e manera es
gente muy dañosa. […].
Y
para concluir queridos hermanos y conmatriotas recordemos nuestra oración
comunitaria:
SALUTACIÓN A LA SOL NACIENTE
Plegaria de acción de gracias
Tanemir
uhana gek Magek Enehama
benijime harba Enaguada
acha abesan Tanemirt ugan agek agek Magek En eggenna igimme harwa En wafa Ass abezzan |
Gracias
poderosa Sol por
salir un día más para
alumbrar la noche Gracias, joya fulgente,
Sol Del comienzo del alba, que tiñe siempre de Luz
(o justicia) enteramente
la oscuridad (o maldad).” |
Sejeita,
Aguere 1 n wanghid n 12º achano n tallit taynay tagwancet.