Barranco de Guiniguada,
de Guayadeque, Canarias
nunca se olvida en sus profundos barrancos.
Jamás se olvida del alba necesaria.
Se mantiene sin memoria
porque le duele contarla.
Hoy se sentirán más solos.
Yo también.
Han perdido a un hombre honesto.
Yo también.

Hasta siempre Tarajano.
Te vamos a echar de menos
donde el siempre es la memoria
desde mi casa hasta Agüimes.
Te vamos a echar de menos.
Hay ausencias que estremecen
a quien pretende olvidar
que ya no hay vuelta de hoja
cuando nos llega la muerte
y decimos: aquí están, porque se quedan
donde ninguna guadaña hace mella.

La memoria indomable
te revive. Te agradece.
Te recuerda. Te reconoce.
Y te dice, Tarajano,

donde estés estás presente.
Aquí jamás estuviste
ni lejano ni ausente ni arrodillado.
Aquí siempre caminaste
al ritmo de luz ardiente
de las ocho estrellas 
nuestras.
En las malas y en las buenas
que nos depara el vivir.
Y aquí continuarás Tarajano, 
como siempre entre poemas y escuelas
adivinanzas y hombres
que desde niños contigo
aprendieron a ser hombres.
Y te echaremos de menos
en las ocho estrellas
sojuzgadas y en las chinijas.
Sí. Te echaremos de menos.
Te echaremos de menos también
en las siete estrellas verdes 
de la bandera.
Cuando más la mueva el viento
más te echaremos de menos.

Francisco Viña